Redacción / México.- “Que nada nos limite, que nada nos defina, que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia”, frase célebre que refleja en gran medida la esencia de una de las más grandes precursoras del feminismo, Simone de Beauvoir.
Un día como hoy, pero de 1908 nace en País Simone Ernestine Lucie Marie Bertrand de Beauvoir, escritora, ensayista, filósofa, activista política y luchadora por los derechos de la mujer y la libertad sexual; de vida intelectual revolucionaria y combativa, abrió el horizonte de la mujer y lo femenino, sobre todo, a partir de su libro El segundo sexo (1949).
Esta obra se convirtió en un ícono de su lucha por el feminismo; sin embargo, para su época fue considerado inapropiados e incluso pornográfico por sectores religiosos de la Francia de aquel año, pese a que cuatro años atrás se había inaugurado el voto femenino.
Por tanto, tuvieron que pasar 20 años para que el Movimiento Francés de Liberación de las Mujeres lo adoptara como libro de cabecera.
En 1929 se gradúa de la carrera de folosofía en la Sorbona, año en que también conocería al amor de su vida, Jean Paul Sartre. La relación entre ambos se alejaba de todos los cánones establecidos. Un amor basado en el respeto y en la libertad, en el que nunca se planteó la opción del matrimonio, pero que duró hasta la muerte del filósofo en 1980.
En su primera novela, La invitada, (1943) relata como un reflejo su relación con Sastre y vislumbra ideas como la responsabilidad personal y la libertad del individuo. Temas a los que recurre en sus siguientes obras: La sangre de los otros y Los Mandarines, por la que recibió el Premio Goncourt.
Otras de sus obras más emblemáticas son ‘La mujer rota’, ‘La vejez‘, ‘La invitada‘ y ‘El existencialismo y la sabiduría de los pueblos‘.
Bajo la premisa “No se nace mujer, se llega a serlo”, esta feminista francesa detectó y analizó los hitos que marcan la posición social de la mujer. Desde la niñez hasta la vejez, las mujeres aprenden a cumplir el rol que la sociedad patriarcal les asigna. Un papel dócil, resignado y pasivo, aprendido a fuego con cada uno de los principales acontecimientos que vive su cuerpo: la llegada de la menstruación, las primeras relaciones sexuales, la maternidad o la menopausia, entre otros.
Hechos físicos que han servido para justificar esa debilidad asociada a las mujeres, legitimar su discriminación y convertirla en objeto pasivo del hombre. Para expresarlo, De Beauvoir se refiere a la alteridad, término que hace referencia a la no-esencia de la mujer, frente a la esencia del hombre, el ser humano por excelencia. Toda una construcción ideológica que sienta las bases sobre las que se apoya el determinismo biológico.
Entre los derechos por los que pugnaba De Beauvoir también se encuentra el aborto. Como parte de esta lucha, en 1971 firma el Manifiesto de las 343, en el que reconocía haber abortado, al igual que el resto de las firmantes. Una práctica por entonces ilegal.
Simone de Beauvoir muerte el 14 de abril de 1986 a consecuencia de una neumonía. Sus restos descansan junto a Sartre en el cementerio parisino de Montparnasse.
FRASES
En sus distintas obras y entrevistas Simone de Beauvoir acuñó una gran cantidad de frases que hasta nuestros días son vigentes y dignas de analizar. Aquí algunas de ellas.
«No se nace mujer, se llega a serlo»
«El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente».
«El problema de la mujer es que siempre ha sido un problema de hombres».
«Una mujer libre es justo lo contrario de una mujer fácil».
«El día en que sea posible a la mujer amar desde su fuerza, no desde su debilidad, no para huir de sí, sino para encontrarse, no para abandonarse, sino para afirmarse, entonces el amor será para ella como para el hombre fuente de vida y no peligro mortal».