Jorge Carlos Vergara Madrigal en su juventud tenía un puesto de carnitas y su vecino era un dulcero llamado Juan José Frangié; ambos tenían largas charlas sobre futbol, no se imaginaban que años más tarde juntos dirigirían los destinos del Rebaño Sagrado.
Vergara pasó de ser un vendedor de carnitas a un empresario en el ramo de la nutrición. Aunque durante muchos años intentó ganarse la simpatía de la Iniciativa Privada tapatía, que lo consideraba todo, menos un hombre de negocios.
Después su ambición lo llevó a soñar con ser dueño del equipo más querido de Jalisco, el Guadalajara. Así como Omnilife surgió de una severa crisis económica, Vergara aprovechó que el Club Chivas estaba pasando por una crisis para convencer a los socios (de la A. C.) para que le vendieran sus acciones. Así se convirtió a Chivas en una S.A. La polémica negociación comercial llegó a los tribunales, y finalmente se falló a favor de Vergara. Con “Chivas de corazón”, el empresario logró también lo impensable, que fieles tapatíos sepultaran su amor por el Rebaño Sagrado.
Ya como dueño de Chivas, Jorge Vergara llamó a su amigo de juventud, Juan José Frangie y lo invitó como el responsable de consolidar la marca comercial. Así se vendían desde pañales, biberones hasta servicios funerarios. Obviamente también playeras, llaveros, juguetes, eran más de dos mil productos con licencia de exclusividad para Chivas. Disfrutaba con retar a otros directivos de equipos de futbol para ponerle sabor a los cotejos.
Entre los capítulos más difíciles en la vida personal de Jorge Vergara, fue su enlace marital con Angélica Fuentes, con quien también estuvo vinculado comercialmente con una marca de productos de belleza. Su separación fue ruda y obviamente, también estuvo envuelta en la polémica. Propios y extraños escucharon como secreto a voces de conflictos en la pareja y hasta un supuesto envenenamiento al empresario. Aunque sin desmentir la versión, sus amigos recuerdan que la enfermedad que terminó con la vida de Vergara el pasado 15 de noviembre en Nueva York, también la padeció su padre.
El domingo se rindió un homenaje póstumo a aquel vendedor de carnitas que logró construir su propio emporio. Jorge Vergara fue recordado en el Estadio Akron, que se convirtió en su sueño hecho realidad, una moderna casa para las Chivas que fuera escenario, no solo para los partidos de futbol, sino también para grandes conciertos de música. Ahí estaba su familia, sus amigos, empresarios (entre ellos Frangié) y políticos de todos los extractos partidistas. Tampoco podían faltar personalidades del futbol, jugadores de Chivas de los equipos varonil y femenil, así como los jovencitos que están en las fuerzas básicas y que sueñan con llegar a ser estrellas del futbol profesional.
Su hijo Amaury Vergara, hoy heredero del emporio recordó a su padre como un hombre con errores, pero que siempre pretendió ayudar a otros. Un hombre que le enseñó a vivir al máximo, con pasión y consciente de que “al que obra mal se le pudre el tamal”.
Amaury recordó que Jorge siempre anduvo en busca del verdadero amor, y que finalmente, cuando se dio paso al perdón, pudo encontrarlo.
Al festejar la vida de Jorge Vergara con recuerdos y fuegos artificiales, permanecieron extendidas dos mantas gigantes en el Estadio Akron con la imagen de un empresario triunfador con la leyenda: “Persigan sus sueños, un día sí… y el otro también”.
Cada quien recordará al polémico Jorge Vergara a su manera, algunos sostienen que salvó a Chivas, y otros que sepultó su esencia, pues el equipo rojiblanco dejó de ser del pueblo para volverse un equipo elitista. Lo que nadie puede negar es que aquel vendedor de carnitas, creó su propio emporio.
