¿Qué tiene de malo demostrar un día a quien quieres que lo quieres?
El 14 fue un día particular, tuve mucho trabajo y cumplí con todos los requerimientos de la jornada. Compré chocolates para las maestras, detallitos para mis compañeras de trabajo y hasta una tarjetita para mis hijos que, finalmente, no tienen la culpa de mis constantes cambios de pensar respecto al día.
En la tarde opté por salir a caminar al centro de Coyoacán que siempre es un desfile de corazones, globos, flores, etc., aunque un más tranquilo el asunto que otros años y hasta banquita me tocó. Frente a mí estaba una pareja muy joven: ella embarazada comiéndose un chicharrón con chile y con un globo enorme referente al día; el jovencito también se veía cómodo y feliz en su condición de protector y de futuro padre.
Al mi lado se sentó un par de chicas, se estaban comiendo unas paletas de chocolate que le habían comprado a un grupo de estudiantes que las hizo para aprovechar el día y de alguna manera “ayudarse con algo”. Ellas hablaban un poco de su historia y de los problemas que habían enfrentado debido a su preferencia sexual. En estos días tan poco amables, en los que han maltratado tanto nuestra autoestima, en los que nos hemos sentido rechazados, disminuidos en nuestra capacidad adquisitiva, qué importante y valioso es mantener una actitud optimista y amigable.
Pasaban también grupos de amigos, con globos y rosas, familias, abuelitas felices tomando helado con sus nietos… Pensé: ¿Por qué ser tan Grinch? ¿Qué tiene de malo festejar? ¿Qué tiene de malo demostrar un día a quien quieres que lo quieres? Eso de que “eso” se demuestra todos los días, es cierto, pero estoy segura que toda la gente que vi festejando se lo dice a diario; se veían todos cómodos y felices, no parecía que sólo se vieran ese día del año.
Durante todo el 14 me llegaron mensajes cariñosos de amigas y amigos, y no creo que sólo ayer se acordaran de mí, simplemente que a veces nos basta un pequeño pretexto…
Me da gusto que la gente aproveche y trate de ganar un dinerito, así es la economía finalmente ¿Que no?
A todos nos beneficia de alguna manera este tipo de festejos. Yo gané más dinero en mi salón pero a su vez traté de aportar: les compré galletitas caseras y bolsitas de chocolates a personas que seguramente aprovechan este tipo de días para mejorar a la economía familiar.
Al final, de eso está hecha la vida: de instantes, momentos, de la gente que convive con nosotros; es parte de nuestra naturaleza y está bien. Es mejor ser así, finalmente eso es lo que conforma una sociedad, lo que fortalece los lazos, lo que nos da un respiro, un remanso, en medio de una vida tan estresada y demandante.
Felicidades a todos los que han defendido sus ideas, los que no se dejan influir y no escatiman en demostraciones de cariño, que no le tienen miedo al “qué dirán”, que no dudan en ser amorosos y sensibles.
Va un sincero abrazo del día del amor y la amistad a todos los que quieran recibirlo.
Bárbara Lejtik, Licenciada en Ciencias de la Comunicación, queretana naturalizada en Coyoacán. Me gusta expresar mis puntos de vista desde mi posición como mujer, empresaria, madre y ciudadana de a pie.
