Dos promesas de campaña del PRD han quedado en la lejanía.
Durante la campaña del PRD para llegar al Constituyente, dos de sus banderas fueron la creación de un Tribunal Constitucional y la despenalización de la mariguana. Pero está claro que una cosa es la campaña y otra cosa la realidad. Una vez en la Asamblea Constituyente, el partido del sol azteca abandonó los dos temas: al final el que defendió el Tribunal Constitucional fue Bernardo Bátiz, de Morena y la batalla por la despenalización de la cannabis, la dio sobre todo Esthela Damián, de Movimiento Ciudadano. Del PRD ni sus luces.
El caso del Tribunal Constitucional fue paradójico: lo que proponía el proyecto de Constitución que entregó Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la Ciudad de México, al Constituyente, era un órgano que sería “el máximo tribunal local en materia de interpretación de la Constitución de la ciudad de México”.
De inmediato sonaron las alarmas en el Tribunal Superior de Justicia del DF (TSJDF) donde no gustó nada la idea de crear un tribunal que les quitaría poder a ellos.
El primero en decirlo públicamente fue Jaime Cárdenas, de Morena, quien pidió que el presidente de la Comisión de Poder Judicial, Manuel Díaz, uno de los 6 constituyentes designados por el presidente Enrique Peña Nieto y magistrado del mismísimo TSJDF, dejara el cargo porque había conflicto de interés.
Díaz jamás dejó el cargo. Ya en las discusiones en la Comisión de Poder Judicial, Alejandro Bustos, del PVEM, propuso la eliminación del Tribunal Constitucional porque era una figura “innecesaria, pues lo que determine este tribunal terminará siendo decidido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y además de su nula efectividad se impondrá un gasto adicional a la ciudad”.
Bátiz, de Morena, argumentó que la relevancia del Tribunal Constitucional era fundamental pues a él podrían acudir los ciudadanos cuando “las autoridades violen algún derecho humano, algún derecho social, cuando los programas sociales se disminuyan o sean violentados y haya un mecanismo jurídico para defenderse”, y lo defendió en todas las sesiones en las que se abordó el tema.
Y Olga Sánchez Cordero, ex ministra de la Suprema Corte y paradójicamente, constituyente designada por el propio Mancera, sugirió la creación de una Sala Constitucional, en lugar del Tribunal, con el argumento de que el tribunal podría generar “problemas en las resoluciones del poder judicial”.
En el dictamen de la Comisión de Poder Judicial, quedó asentada la propuesta de Sánchez Cordero, que recibió el apoyo de casi todos los miembros de la comisión de Poder Judicial, incluidos Julio César Moreno y Roberto López, del PRD.
Y se logró lo que buscaba el TSJDF, no perder poder y sí tener control sobre la Sala Constitucional: “los siete magistrados o magistradas serán designados por el Pleno del Tribunal Superior de Justicia”, se lee en el dictamen de la Comisión de Poder Judicial. Aún falta que el tema sea debatido y votado en el pleno de la Asamblea Constituyente.
El otro tema que sorprendió a más de uno fue el de la despenalización de la mariguana: al final la férrea defensa del tema que estaba contenido en el proyecto de Constitución de Mancera, corrió a cargo de Esthela Damián, constituyente de Movimiento Ciudadano.
Ella argumentó sobre la importancia de aprobar la despenalización por dos razones de peso: Los niños que dependen del aceite de cannabis para aminorar los dolores y los ataques de epilepsia, y los miles de jóvenes encarcelados y criminalizados por consumir una dosis personal de mariguana.
Del otro lado del debate, estuvieron constituyentes como la priísta Yolanda de la Torre, constituyente designada por el Senado y el constituyente del PRD, Roberto López, ambos argumentaron que aunque estaban de acuerdo con el uso medicinal de la cannabis, se trataba de un tema del ámbito federal que debía dirimirse en el Senado y no en el Constituyente.
Así las cosas de las promesas de campaña del PRD, que ya en la realidad del constituyente, ha habido un largo, larguísimo trecho.
Georgina Olson. Reportera, apasionada por la investigación; afición que abarca desde reportajes de la Venezuela chavista, pasando por el tráfico de armas, la migración centroamericana, hasta la explotación del oro mexicano por los consorcios mineros internacionales. Es licenciada en Relaciones internacionales por la Universidad de las Américas, maestra en Periodismo por la Universidad del Rey Juan Carlos de Madrid-Agencia EFE. En 2010, The Woodrow Wilson Center y The Washington Post la becaron para realizar una investigación sobre tráfico de armas de EU a México, publicada en Excélsior.