La carrera hacia la presidencia de los Estados Unidos ha comenzado. Están por terminar los cuatro años de gobierno del que nunca hubiéramos pensado mandatario. Qué bueno que tomamos asiento, porque aquí seguimos esperando el eventual impeachment de Donald J. Trump o la salida mágica y milagrosa que le evitará al mundo tener que soportarlo durante una administración entera. Ninguno de los seguros contra incendios presuntamente instalados por la democracia funcionó y ahora los estadounidenses se preparan para sacarlo por la misma puerta por la que entró o, posibilidad mayúscula y aterradora, para entregarle las llaves de la Casa Blanca durante otros cuatro años. Del lado del Partido Republicano la propuesta está clara, Trump será, sí o sí, su candidato. Cualquier crítica de esta agrupación política hacia el magnate queda mal y sale sobrando, lo cierto es que el apoyo sigue siendo el mismo. En el lado contrario, el del Partido Demócrata, la propuesta aún no está clara. Éstas son las posibilidades frente a las elecciones que cambiarán o reafirmarán el rumbo de los EE.UU. el 3 de noviembre de 2020.
Joe Biden
El vicepresidente de la era Obama anunció hace unas semanas su entrada a la carrera por la candidatura demócrata. Donald Trump no lo recibió precisamente con alabanzas; todo lo contrario. Trump le advirtió a Biden, a través de sus clásicos tuits, que el camino será sucio. Hacía referencia a las elecciones internas, pero más bien parecía estar aludiendo a la campaña que, en dado caso, tendría que enfrentar contra él. Joe Biden es el posible candidato al cual Trump parece tener más miedo. Después de que el demócrata obtuviera el apoyo de sindicatos como el de bomberos, el actual presidente se dedico a retuitear mensajes en su contra. Tanta atención parece más efectiva que cualquier campaña que Biden pudiera tener en mente. El presidente parece estarse anticipando y nombrándolo desde ahora su rival. Biden, además de vicepresidente, fue senador por el estado de Delaware y ha competido por la presidencia en dos ocasiones. Se prevé que su campaña será apoyada por los nostálgicos de Obama y por los demócratas con perspectiva más tradicional.
Elizabeth Warren
Actual senadora por el estado de Massachusetts. La antes profesora de Harvard ha hablado de hacer de los Estados Unidos un país donde la gente pueda tener éxito si “trabaja duro y respeta las reglas”. Al anunciar su intención de obtener la candidatura, Warren aseguró que Trump podría pisar la cárcel el año siguiente. La senadora asegura que trabajará en favor de la clase media que, desde su perspectiva, se encuentra bajo el ataque de grandes corporaciones, discurso que podría atraerle a una parte importante del electorado.
Bernie Sanders
Quien hace cuatro años compitiera por la candidatura demócrata contra Hillary Clinton vuelve ahora a posicionarse como un posible contrincante de Donald Trump. Sanders es atractivo para una gran parte del electorado demócrata que lo percibe como ajeno a las malas prácticas de la clase política. El actual senador por el estado de Vermont planea luchar por temas controversiales como la seguridad social para todos y la accesibilidad a la educación superior. Sanders goza de una buena imagen de la que pocos pueden preciarse; la mayor parte del dinero que ha sostenido su campaña ha provenido de pequeños donantes que han aportado cantidades menores de los USD200, en oposición a las grandes aportaciones (muchas veces empresariales) que suelen recibir los políticos en los Estados Unidos.
Entre los otros posibles candidatos por el Partido Demócrata, con menor eco y aparición mediática internacional, se encuentran: Michael Bennet, senador por el estado de Colorado; Cory Booker, legislador de Nueva Jersey; Pete Buttigieg, alcalde de South Bend, Indiana; Julián Castro, secretario de Vivienda durante la administración de Obama; John Delaney, antes legislador por Maryland; Tulsi Gabbard, legisladora por Hawái; Kirsten Gillibrand, senadora por Nueva York; Kamala Harris, senadora por California; John Hickenlooper, antes gobernador de Colorado; Jay Inslee, gobernador del estado de Washington; Amy Klobuchar, senadora por Minnesota; Wayne Messam, alcalde de Miramar, Florida; Seth Moulton, congresista por Massachusetts; Beto O’Rourke, antes congresista por Texas; Tim Ryan, antes congresista de Ohio; Eric Swalwell, congresista de California; Marianne Williamson, autora de libros de autoayuda; y Andrew Yang, empresario en temas de tecnología.
La carrera está empezando y la misión es grande e importante para el mundo entero: vencer el voto de odio que encumbró a Donald J. Trump.
Manchamanteles
Este jueves falleció Manuela Garín Pinillos de Álvarez, a los 105 años, profesora emérita de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, considerada una de las pioneras en el estudio y enseñanza de las matemáticas. Fue una migrante de Asturias a Cuba y luego a México, en donde fue docente durante cinco décadas. Fue fundadora de la Escuela de Matemáticas de la Universidad de Yucatán y la de Altos Estudios en la Universidad de Sonora. Su presencia en el mundo de las ciencias y la academia son testimonio fructífero de esa labor que han realizado muchas mujeres en un mundo en el que las oportunidades de abrirse paso ante el dominio patriarcal eran poco menos que escasas. Ahí siempre han estado las mujeres, en todos los ámbitos de la vida, a pesar de todo y de todos. Descanse en paz.
Narciso el Obsceno
¿De narcisos y poder? Hay pocas cosas que provoque tanta persuasión y apego como el imaginario fecundo del poder, de ahí el término “erótica del poder”. Y es que es una de las máximas expresiones del narcisismo. Incluso Henry Kissinger, se jactaba de decir que “el poder era el último afrodisíaco”.