El domingo 24 de febrero tendrá lugar la 91 entrega de los Premios Oscar de la Academia a las mejores películas del 2018.
Estoy consciente de que este año, quizá la película favorita de todos nosotros sea Roma, de Alfonso Cuarón.
Sin embargo, hoy quiero hablarles del personaje central y la ambientación gastronómica de mi otra favorita. La única película que compite en número de nominaciones con Roma.
La favorita (2018 , Reino Unido, Irlanda y Estados Unidos) es un drama de época inspirado en la vida de Ana Estuardo (1665-1714), que narra parte de su trágica vida, marcada por la pérdida de sus 17 hijos y una deficiente salud, pero reconocida históricamente por haber sido la artífice de la unificación de Escocia e Inglaterra.
En la trama, dos mujeres allegadas a la Reina pelean entre sí en busca de sus favores en un entramado de intrigas, manipulaciones, chantajes, traiciones y venganzas con implicaciones personales y políticas, acordes a los acontecimientos históricos de la época.
Lo fascinante de la película –además de la trama y las excelsas actuaciones– es la recreación de los personajes y la ambientación de la vida monárquica a principios del siglo XVIII, aunque su director, Yorgos Lanthimos, declaró que ésta no había sido 100 por ciento fiel a la realidad.
La actriz Olivia Coleman (favorita para la estatuilla a la “Mejor actriz”), tuvo que ganar peso para encarnar a una reina depresiva, insegura, infantil, impulsiva y víctima de trastornos alimenticios.
Dado que la película sucede casi por completo en los confines de la “residencia real”, algunas escenas muestran la cocina y a las cocineras afanadas en la preparación de alimentos y pasteles para festines y otros rituales de la nobleza, como la hora del té y su mesa de postres.
Lo interesante es que las escenas relacionadas con los alimentos logran transmitir los excesos y lo grotesco, absurdo y decadente de las costumbres de la nobleza, como esa en la que varios hombres de la corte se divierten aventando unas naranjas rojas al bufón en turno o aquella otra en la que juegan carreras de patos y comen trufas negras a mordidas, cual manzanas. También la secuencia en la que la reina y una de sus favoritas toman un baño de lodo y juegan como infantes en la tina.
Quizá una de las escenas culminantes de esta película sea la parte en la que Ana (aturdida por aplacar sus emociones y gran desolación) come compulsivamente un enorme pastel cubierto de chantillí mientras llora desconsolada. Tras escuchar unos fuertes sonidos guturales, un criado en la habitación corre hacia la reina acercándole una enorme vasija de plata donde ella vomita sin pudor y, un instante después, vuelve a comer desenfrenadamente.
Aunque no todo lo comible en esta película es grotesco. También disfruté mucho de las escenas de los bailes y una cena montada en una enorme mesa ovalada llena de platones y viandas donde los cortesanos beben vino en copas de cristal.
Obviamente, dos de las 10 categorías en las que La favorita está nominada son las de “Mejor diseño de producción” (compite con Black Panter, Roma, First man y El regreso de Mary Poppins) y “Mejor montaje”.
Disfruto mucho de la fascinación que me provocan las películas y series de época, como La favorita, que definitivamente es mi otra favorita para la gala de los Oscar. No se la pierdan.