En este regreso a clases, los maestros no quieren retornar a las aulas.
El próximo lunes regresan a clases más de 26 millones de estudiantes de educación básica en todo el país. Por lo menos eso dice la Secretaria de Educación Pública. Todo dependerá de la decisión que tomen los maestros disidentes de cumplir o no su amenaza de no comenzar el ciclo escolar 2016-2017, si no hay acuerdos con la SEP.
De manera que en el “caminito de la escuela” no hay buenas noticias.
Millones de niños regresarán a clases sin la esperanza de mejores instalaciones.
México, según la organización Mexicanos Primero, sigue produciendo “escuelas pobres para pobres”.
El gasto federal por alumno no es equitativo en todas las entidades del país. Los estados más pobres y donde se tiene un nivel más bajo de desarrollo educativo (Oaxaca, Chiapas y Guerrero) se invierte menos.
Algunos estudios señalan que por lo menos el 17 por ciento de las escuelas de preescolar, primaria y secundaria de todo el país no tienen ni baños para los alumnos. La SEP ha reconocido que el 11 por ciento de los centros escolares no tiene baños ni energía eléctrica.
Otros miles de estudiantes toman clases en espacios sin techo ni paredes y ni siquiera mesas donde escribir. (Las cifras varían, según el estudio).
La UNICEF señaló que hay 4 millones de niños indígenas que estudian en “escuelas” sin sanitarios, sin maestros que hablen su misma lengua y llegan a sus clases sin haber probado alimento.
De acuerdo con “La Evaluación de Condiciones Básicas para la Enseñanza y el Aprendizaje” tres de cada 10 maestros no tenían el programa de estudios y el 20 por ciento de los alumnos nunca recibieron sus libros de texto gratuitos, durante el pasado ciclo escolar.
Así es como regresarán los estudiantes mexicanos a clases.
A esto habrá que agregar el problema con los maestros disidentes.
El regreso a clases dividió a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la educación (CNTE). Mientras que los maestros de Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Guerrero no quieren regresar a clases y pretenden continuar con su paro indefinido, el resto de los profesores si quieren regresar a las aulas el próximo 22 de agosto y proponen diseñar otra estrategia para presionar al gobierno federal.
La administración de Peña Nieto ha puesto también sus condiciones. No habrá diálogo con la CNTE si no comienzan el ciclo el 22 de agosto.
La duda es ¿qué negocia el gobierno con los maestros disidentes?
La liberación de sus dirigentes Rubén Núñez y Francisco Villalobos (y posibles acuerdos bajo la mesa) ¿suavizaron el tema? ¿De qué depende que comience el nuevo ciclo escolar?
El gobierno federal lo ha dicho hasta el cansancio “La Reforma Educativa no tiene marcha atrás” y ese es tema central de los disidentes.
Las negociaciones continuarán sin saber quién cederá y a cambio de qué. Lo suponemos, pero mientras tanto hay que alargar la espera para que la Reforma Educativa, sea el instrumento que rompa con la desigualdad en esta materia y que la educación sea equitativa en las zonas más pobres del país. Al tiempo.
Por lo pronto, nos quedamos con la información de Mexicanos Primero: Todos los estados del país incumplen con su responsabilidad de garantizar el derecho a aprender de los estudiantes y la mitad de ellos no ofrecen las condiciones de infraestructura mínimas.
