Los menores de 18 años son el 29.8% en el mundo.
“Ésas son cosas de niños”, “te comportas como niña”, o “lloras como niño”, son frases coloquiales a partir de las cuales calificamos acciones o actitudes que consideramos no propias de personas adultas. A partir de ellas, no nada más atribuimos características al mundo adulto, sino también se las asignamos a las personas menores de edad. Éstas son entonces inmaduras, incapaces e inexpertas; son inocentes a los cuatros años e inestables a los catorce. Pero sobretodo, son invisibles en la agenda pública, ésa que tiene que ver con la gobernabilidad, con los retos de la democracia y con los caminos hacia la justicia social y cotidiana.
Las personas menores de 18 años constituyen el 29.8% de la población mundial, la proporción en México es ligeramente mayor, representando el 32.5%. Si sólo considerarnos el espacio que ocupan, la infancia y adolescencia, tendrían que ser prioritarias y constante primicia. Sin embargo, el mundo adulto se las agencia para dejar en un segundo plano, en nuestro caso, a casi 40 millones de mexicanos y mexicanas. En sentido contrario a lo que plantea el principio del Interés Superior.
La Convención sobre los Derechos de los Niños (1989), contempla el principio del Interés Superior, que obliga a que en todas las medidas que tomen las instituciones públicas y privadas, los tribunales y los órganos legislativos, se les reconozca a las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos y que prevalezcan las que garanticen sus derechos. No sólo obliga a las agencias e instituciones, sino también a sus madres, padres y cuidadores. Es también una norma de interpretación jurídica, un procedimiento y una directriz para la formulación de políticas públicas para la infancia. A pesar de que este principio se incorporó al Artículo Cuarto de la Constitución en el 2011, es un concepto poco entendido en nuestro país y por lo tanto su aplicación es limitada.
Lo que queremos compartir con ustedes en esta columna, es una mirada hacia las niñas, niños y adolescentes, con un acercamiento inspirado en su Interés Superior. Apostaremos a construir un espacio que aborde a la infancia desde sus derechos, tratando de alejarnos de los abordajes dominantes: el enfoque comercial, el que alimenta el pánico moral y de “recetas para la crianza”.
Semanalmente, intentaremos colocar en la agenda pública, lo que muchos sectores insisten en dejar en la arena de lo privado. En un esfuerzo por visibilizar a la infancia y la adolescencia, y sus derechos. Nos proponemos influir en la transformación de las representaciones sociales y estereotipos que dominan sobre este sector de la población. Contribuir a la construcción de miradas que permitan posibiliten considerar a niñas, niños y adolescentes como ciudadanos y ciudadanas con derechos y como actores sociales valiosos y relevantes en el fortalecimiento de sus familias y en el desarrollo de sus comunidades. Más que como promesas del futuro, como realidad presente.
Siguiendo a Eduardo Galeano, contaremos a nuestra manera, algunas historias de niños y adolescentes. Ya que día tras día se les niega sus derechos: el mundo trata a los niños pobres como si fueran basura; trata a las niñas ricas como si fueran dinero; y a los de en medio, a los que no son ni pobres ni ricos, los tiene bien ataditos al televisor para que desde muy temprano acepten como destino la vida prisionera.
En este espacio de MUJER_ES MÁS, la agenda de niñas, niños y adolescentes, sin duda abonará en el afán colectivo de construir puentes y derribar murallas.
Nashieli Ramírez es directora de Ririki Intervención Social. Experta en infancia y adolescencia, y sus derechos.