sábado 23 noviembre, 2024
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COLUMNAS COLUMNA INVITADA

«COLUMNA INVITADA»: “Juanitas” 2018

 

Septiembre de 2009 se lee lejos, nueve años de diferencia, de las acciones afirmativas en favor de las mujeres, pasamos a tener el principio constitucional de paridad que es de observancia obligatoria y la postulación en las candidaturas entre mujeres y hombres, se privilegió que la participación se diera de forma igualitaria en la proporción de 50-50. Buscando ahora sí la integración de órganos de forma paritaria. Eso lo celebramos en las últimas semanas cuando nos dimos cuenta que sólo nos faltó una Senadora y 9 Diputadas Federales para lograrlo.

También escuchamos y leímos noticias de que en las entidades federativas hubo avances en la integración paritaria de Congresos Locales y Ayuntamientos, así mismo, la CDMX en la primera elección de alcaldías y concejalías y al Congreso de la Ciudad, logró la paridad en la integración de esos órganos.

Todo iba bien hasta que apareció el fantasma de aquella mala tradición de utilizar a las mujeres para las campañas y luego cuando se logra el triunfo pedirles que se vayan, creíamos que después de muchos esfuerzos de mujeres, hombres e instituciones eso estaba superado. Ahora, la generación más joven que se dedica a temas electorales estudia y analiza los precedentes de cómo se transformó la participación de las mujeres en la postulación y acceso a los cargos en porcentajes del 70-30 y posteriormente 60-40, donde evidentemente el porcentaje menor era el previsto para ellas.

Pareciera común el 50-50, la igualdad de oportunidades en temas de política entre mujeres y hombres, pero no es así, tenemos sentencias emblemáticas como la SUP-JDC-12624/2011 (link al final del texto), además de tesis y jurisprudencias que dan cuenta de la lucha por transitar de igual a igual en la búsqueda de los cargos de elección popular.

Después de todo eso, es lamentable conocer los casos de casi 40 mujeres que lograron triunfos electorales para conformar ayuntamientos y el congreso local en el estado de Chiapas y que ahora les obliguen o las orillen a renunciar a eso que legítimamente es su derecho, al acceso al cargo para el cual fueron elegidas por el voto popular.

Es entonces cuando recuerdo varios análisis políticos que se hicieron el 2011 después de la histórica sentencia “antijuanitas”, donde se dejó en claro que la medida, que a la postre derivó en la reforma constitucional, no era del todo suficiente.

Aún y cuando al día de hoy ya no se trata de un tema de cuotas a favor de las mujeres, debemos de reconocer que para los partidos políticos el 50-50 en la postulación es una carga.

Dirán lo contrario, pero los juicios ciudadanos que promueven las mujeres para defender sus derechos en el seno de sus partidos en cada proceso electoral dan cuenta de ello.

Desgraciadamente no resulta suficiente que se establezca en la Constitución Federal el principio de paridad, para que no sucedan cosas como las que viven las mujeres de Chiapas en este momento, o lo que le pasó a la sindica electa de Buenavista Tomatlán, Michoacán, la semana pasada. No sólo no pudo acceder al cargo para el cual fue electa, además por ley le correspondía asumir la Presidencia Municipal de manera provisional ante el asesinato del alcalde electo y tampoco le fue posible, de hecho se vio en la penosa necesidad de abandonar hasta el país.

Se requiere más, mucho más que las buenas intenciones, las mujeres renuncian a los cargos por que no hay garantías para ellas, las instituciones: INE, FEPADE, TEPJF ¿qué pueden hacer cuando está de por medio su vida y la de los suyos?

Como personas, siendo hombres o mujeres tenemos ese sentimiento de orgullo por uno mismo al ser elegidos, dudo mucho que las mujeres accedan a firmar las renuncias porque ya no desean ser representantes de sus comunidades, municipios o distritos. Lo hacen porque hay algo mayor, algo más fuerte que las mueve a eso, recordemos que la violencia política contra las mujeres muchas de las veces está llena de simbolismos, no siempre es física o verbal.

Es una pena reconocer por otro lado que, restituir a las mujeres en el cargo que por la razón que sea han determinado dejar, también las vulnera, no sabemos si una sentencia que resuelva dejar sin efectos esas renuncias se convierta en un infierno para ellas en el lugar en que residen. Los asuntos deben tratarse con pinzas, es loable que las consejeras electorales levanten la voz, que diversos colectivos de mujeres se inconformen, que el INE insista que llegará al fondo de esto pues presume un fraude a la ley.

Si es así, que el castigo a los partidos políticos que postularon a las mujeres a las que ahora pretenden despojar de los cargos, sea ejemplar, no solo una multa que se paga de las prerrogativas, esto es del mismo dinero público al que acceden. Y a los actores políticos que están orquestando esto se les impida el cargo que pretenden.

Pero siempre será más importante salvaguardar la integridad física, psicológica y social de las mujeres afectadas.

SUP-JDC-12624/2011

http://portal.te.gob.mx/colecciones/sentencias/html/SUP/2011/JDC/SUP-JDC-12624-2011.htm

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