Para salir de la rutina de comprar y celebrar en los mismos sitios, les tengo una propuesta muy mexicana.
"¡Ay mis hijos!", grita La Llorona, la madre de la leyenda más famosa de México. Y es que "madre mexicana" sólo hay una: la abnegada y aguerrida al mismo tiempo; como la encarnada por Verónica Castro en la telenovela "El derecho de nacer" o la que Sara García personificó en tantas películas a lado de Pedro Infante.
La figura de la madre y el 10 de mayo son algo sagrado en nuestro país. Es por eso que los extranjeros que vienen a residir −aun los latinos−, se sorprenden de la magnitud del festejo del "Día de las Madres", el cual para las mexicanas promedio es tan o más importante que su cumpleaños.
En la celebración del 10 de mayo no pueden faltar el festival escolar, un desayuno o comida y el “regalo”. Opciones hay muchas; para todos los bolsillos y gustos. Las tiendas departamentales ofrecen ventas especiales y promocionan principalmente sus áreas de accesorios, joyería, perfumería y gourmet. Pero, para salir de la rutina de comprar y celebrar en los mismos sitios, les tengo una propuesta muy mexicana: ¡un día cultural, gastronómico y fashionista en el Centro Histórico de la CDMX!
Tras asistir al festival escolar y haber derramado las primeras lágrimas del día, hay que sobreponerse desayunando fuerte o comiendo en el Azul Histórico, donde el Chef Ricardo Muñoz Zurita ofrece como especialidades de su creación las Enchiladas de Jamaica orgánica, de textura crujiente, sabor agridulce, picositas y sabrosas y el Manchamanteles con pechuga de pato (mole dulce con pera, piña y plátano macho). Además, el restaurante celebra este mes el Festival de Tlaxcala, con un menú especial de moles y pipianes. El local está ubicado dentro del pasaje “Downtown México” (Isabel La Católica, No. 30); un edificio de arquitectura colonial del siglo XVII, donde se reúnen sólo marcas mexicanas de prestigio.
Para aminorar la pesadez de esta comida, caminen hasta llegar al Claustro de Sor Juana, donde pueden admirar la exposición “Los trajes mestizos de México”, que muestra 50 piezas distintivas de Oaxaca, Veracruz, Campeche Yucatán, Colima y Chiapas, algunas de ellas parte de la Colección e Indumentaria Mexicana Luis Márquez Romay, propiedad de la universidad, que estará abierta hasta agosto. La exposición exhibe, entre otros, trajes de tehuana, chiapanecos, charros, chinas poblanas así como huipiles yucatecos, de estos últimos, no pierdan detalle del bordado en punto de cruz sobre algodón y deshilado de seda con motivos de venado, cuya confección fue inspirada en el poema “La tierra del faisán y el venado”, de 1922. También en esta sección se exhibe un traje de ensueño usado por María Félix en una de sus películas. No se la pierdan, es un agasajo para la vista, el alma y el orgullo nacional. El próximo 18 de mayo (Día Internacional de los Museos) a las 17:00 horas se ofrecerá una conferencia y visita guiada, ofrecida por la directora de la Colección de Indumentaria de esta institución.
Para que el papá o los hijos no se cansen visitando tiendas en busca del regalo ni gasten miles de pesos en una “bolsa de marca” que “todo el mundo trae”, les recomiendo las que Nelly Mejía confecciona en Oaxaca, “de manera artesanal y completamente a mano”, bajo la marca Shanta Oaxaca, cuyo rango de precios oscila entre los 520 y 1,200 pesos y que envía a toda la República.
Pueden contactar a Nelly vía Facebook (como Shanta Oaxaca), o bien a su mail: santaoax@hotmail.com. ¡Les responde pronto y amablemente!
Otra opción accesible y de calidad, son las blusas de Hilo de Nube Oaxaca, una empresa textil y comunitaria que vende sus productos en línea, a precios que arrancan en 520 pesos. Visiten su página en Facebook, ahora ofrecen la promoción ”kit mamá e hija”.
Y para cerrar dulcemente este 10 de mayo con “broche de cacao de oro”, prueben las delicias del chef José Ramón Castillo con su oferta de “chocolatería mexicana evolutiva” en QUE BO! también dentro del “Downtown México”, donde encontrarán bombones, trufas, macarrones y palanquetas “de dulce, de chile y de manteca”, así como bebidas prehispánicas de Tabasco, Oaxaca y Chiapas, servidas en jícaras.
La oferta de chocolates mexicanos, raros y exóticos es amplia, lo cual dificulta la elección, pero el chef Castillo creó una edición especial para las mamás (a la venta sólo en mayo), compuesta por unos pralinés de colores vívidos y sabores de semillas y nueces: “Avellana”, “Cacahuate japonés” (a ese no le entré, no soy tan atrevida), “Pepita naranja”, “Ajonjolí con cardamomo” (mi favorito, ¡espectacular!), “Pistache con sal de Colima”, a precios entre los 22 y 33 pesos, por pieza.
De los chocolates de línea, les recomiendo el de “Mole” (sí, sé que da miedo probarlo, pero es realmente exótico); también me resultó agradable el bombón de “Chile y chocolate amargo”.
Al final, no se pierdan el “Tascalate de Chiapas” (bebida de cacao, maíz, piñón, canela y azúcar), gracias al cual podrán sentirse –al menos por un día–, como la madre más consentida y una probable ex princesa prehispánica.