Trump ha ido tan lejos como amenazar con anular el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá.
De acuerdo con una encuesta de la agencia Associated Press y GfK, el instituto alemán de investigación de mercado más importante; la gran mayoría de los estadounidenses prefieren pagar precios más baratos por productos, aunque éstos no hayan sido hechos en Estados Unidos. Esto significa que los sentimientos nacionalistas que los candidatos republicanos buscan explotar asegurando que regresarán los empleos que se han ido al extranjero, les importa sólo mientras esto no les cueste un centavo más. Sólo un 9% de los encuestados asegura comprar productos americanos a pesar de los precios. El problema es que en Estados Unidos con los altos salarios que incluso los obreros exigen, el precio de lo que se vende no puede competir con lo fabricado en países, donde la mano de obra es más barata. Además, muchos estadounidenses que trabajan para empresas trasnacionales con clientes en todo el mundo se ven a sí mismos como parte de un mercado global. La encuesta fue realizada entre 1,076 adultos seleccionados al azar, primero a través de una encuesta telefónica o correo electrónico, y posteriormente entrevistados por internet.
Casi tres de cada cuatro de los encuestados dijeron que les gustaría comprar productos manufacturados dentro de los Estados Unidos, siempre y cuando cuesten lo mismo o menos que los fabricados en el extranjero. Cuando se preguntó a los encuestados si preferían pagar 50 dólares por pantalones traídos de otro país, u 85 por uno hecho en Estados Unidos –hechos con la misma tela y diseño–, el 67% dijo que comprarían el más barato. Sólo el 30% aseguró que compraría los más caros. Aun personas en hogares con ingresos de 100.000 dólares o más, no son más propensos que los de bajos ingresos a preferir los productos estadounidenses.
En general, los votantes están divididos en cuanto a si los acuerdos de libre comercio perjudican o benefician a la economía y también en cuanto a que la pérdida de empleos y las fábricas cerradas restan cualquier beneficio a la economía que podría traer la reducción de precios al consumidor. Un 33% resultó más propenso a opinar que los acuerdos de libre comercio son positivos para la economía, contra un 27% que opina lo contrario. Los republicanos son más propensos a decir que los acuerdos de libre comercio son malos para la economía, que los demócratas (un 35 contra 22%).
En cuanto a puestos de trabajo, el 46% dice que los acuerdos disminuyen los empleos para los trabajadores estadounidenses, mientras que el 11% opina que mejoran las oportunidades de empleo. El 40% dice que no hay diferencia.
Los resultados que arrojó la encuesta son particularmente importantes en vista de que algunos de los precandidatos a las nominaciones presidenciales en la actual campaña electoral, han basado sus ofertas de campaña atacando el libre comercio. Tanto el aspirante a la candidatura por el partido Republicano, Donald Trump, como el Democrata, Bernie Sanders, han prometido traer de vuelta millones de empleos que se han perdido; a países como China y México.
Trump ha ido tan lejos como amenazar con anular el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá. También ha amenazado con levantar aranceles al comercio con China para reducir el déficit comercial estadounidense. Según Trump, con esto crearía el primer superávit comercial para el país desde 1975. También Bernie Sanders, el senador de Vermont que aspira a la nominación presidencial por el partido Demócrata, se ha comprometido a poner fin a la fuga de empleos al extranjero. Sanders ha prometido renegociar todos los acuerdos comerciales de su país.