Por Berenice Vásquez
Después de la desaparición viene la parte de la muerte y a mí me la entregan hasta enero del 2018, año y medio de búsqueda, año y medio de sufrimiento, año y medio que estuvimos nosotros buscando y que ninguna autoridad, ni las de Puebla ni las de Pachuca. Ese cuerpo lo encontré yo, porque yo hice investigación, porque yo hice brigadas; porque ninguna autoridad hizo su trabajo. Hermana de Gloria Sintia Saldaña González.
Mi hija fue víctima de feminicidio en Cuautitlán Izcalli, Estado de México; lo quisieron pasar como suicidio, después los del MP lo corrigen con lápiz. A ella la golpearon brutalmente, después la cuelgan y después de muerta le cortan sus venas. El culpable de esto es su esposo el señor Clemente Sandoval. Tengo cuatro años exigiendo justicia. Mi hija dejó un niño de un año 10 meses y estaba embarazada de cuatro meses. María Magdalena Velarde, madre de Fernanda Sánchez.
El cuerpo de mi hermana quedó tendido en un camino de terracería. Recibió 17 puñaladas, le destrozaron sus pechos, el arma punzocortante se le quedó en la clavícula. Testigos vieron que su esposo Luis Ángel la estaba violentando, así como su suegra. Él fue vinculado a proceso. Las autoridades nos han revictimizado una y otra vez, parece que nosotras somos las asesinas. Juana Benítez Vega, hermana de Lupita, estudiante de la UNAM asesinada en el Edomex.
Con saña y odio, como se relata en los testimonios, asesinan todos los días a entre ocho y nueve mujeres en el país; cifra que se ha ido incrementando, sobre todo, en Guanajuato y el Estado de México. Tan sólo de enero a abril se registraron 950 feminicidios, así lo destacó María Salguero, creadora del Mapa de Feminicidios en México.
Ante la evidente indolencia del Estado, la ausencia de justicia y el dolor de los familiares, la organización “Los Machos Nos Matan en México” convocó al “Primer Encuentro Nacional de Familiares de Víctimas y Huérfanos por Feminicidio”, cuyo objetivo es crear un frente común y hacer un sentido reclamo al presidente Enrique Peña Nieto”, señaló Sandra Soto.
Para ello exhortaron a la Procuraduría de la Mujer y la Familia, a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y a la CNDH, cuyo propósito sería detallarles los protocolos a seguir y los derechos de los que son objeto cuando los familiares inician el proceso de justicia.
Cabe señalar que dada la prevalente omisión de las procuradurías, los familiares tienen que dejar su duelo a un lado para convertirse en investigadores, abogados, peritos, etc. “Les ponemos todo en charola de plata a la fiscalía y todo para que cuando ellos lleguen pierdan las evidencias, no las integren a la carpeta de investigación o les pasa cualquier cosa para dejar libres a los culpables”, denunció la activista.
“Queremos que todos sean atendidos, todas fuimos familia, todas estamos rotas y tenemos derecho a ser visibilizadas a nivel nacional y atendidas por las autoridades pertinentes”, agregó Soto.
Los huérfanos, las víctimas invisibles del feminicidio
Algo que se vive en muchos de los casos de feminicidio es la desatención por parte de las autoridades hacia los huérfanos que dejan las víctimas. Y es que a pesar de que existe una Ley que los “contempla”, también existe una evidente inacción para proteger sus derechos.
“Los niños son los invisibles del feminicidio, nadie los contempla, a nadie le importan, no sabemos cómo son, quiénes son, cuántos son. No sabemos cómo le están haciendo para subsistir a esta tragedia”, abundó Sandra Soto.
Los casos son diversos y en su mayoría es la abuela materna quien adquiere la custodia del menor. Sin embargo, se han registrado casos en los que el padre pelea la guardia y custodia, a pesar de ser el agresor. Por lo que pidieron una ley que proporcione de manera automática la guardia y custodia a la familia materna, al considerarla el lugar más seguro.
El Primer Encuentro Nacional de Familiares de Víctimas y Huérfanos por Feminicidio se realizará en el Teatro Pellicer, ubicado en la Delegación Xochimilco, este 20 de junio a las 15:00 horas.
