El ataque con una camioneta que dejó 10 muertos y 14 heridos en Toronto, es el síntoma de un problema social profundo que afecta a la población de la ciudad más grande y diversa de Canadá y, que a su vez, representa un reto mayúsculo para su sociedad y gobierno: la salud mental de sus ciudadanos.
Catorce días antes del infame ataque, el alcalde de la ciudad, John Tory, reconoció que la salud mental es un asunto que no ha sido atendido debidamente y textualmente escribió en un artículo publicado en el diario Toronto Star: “Soy cuidadoso en el uso de la palabra crisis, pero pienso que la salud mental en las ciudades de Canadá es una crisis.”
La principal línea de investigación del homicidio múltiple cometido por Alek Minassian, es un post publicado en su Facebook momentos antes del ataque. En esa publicación el agresor señalaba que la rebelión de los Incels (célibes involuntarios) había comenzado y mencionaba su admiración hacia Elliot Rodger, un joven de California que en 2014 asesinó a seis personas antes de suicidarse, acusando a las mujeres de seguir siendo virgen a los 22 años
Esta publicación dejó al descubierto la existencia de una comunidad virtual de hombres de distintas partes del mundo, quienes han desarrollado una ideología misógina violenta en la que culpan a las mujeres de su fracaso en las relaciones. Bajo esta idea retorcida y perversa, las mujeres deben ser blanco de su venganza.
Si el crimen fue abominable, las motivaciones son ominosas. Sin embargo, se trata de una realidad que ya ha costado vidas humanas y que representa una alerta ante un fenómeno que puede repetirse. En Toronto, ocho de las 10 víctimas fueron mujeres, aunque oficialmente no hay evidencia de que el sujeto haya esquivado conscientemente a los hombres en su mortal trayecto en la popular calle de Yonge.
Antes de ser capturado, Minassian de 25 años originario de la localidad de Richmond Hill, retó a las autoridades a dispararle en la cabeza como si su plan fuera ser abatido por la policía. Sin embargo, una heroica intervención de una elemento policíaco frustró su cometido y hoy enfrenta 10 cargos por homicidio y 14 por tentativa de homicidio.
Minassian ha sido descrito por quienes lo conocieron como una persona con problemas para relacionarse. En el mundo de la psicología la conducta antisocial es un signo de una mente criminal. Los estudios señalan que mientras una persona “normal” reprime las tendencias criminales de sus impulsos, el criminal fracasa en esa adaptación y los impulsos antisociales presentes en la fantasía del individuo “normal” son realizado activamente por el criminal.
Como en todos los casos que ocurren en el mundo, ¿dónde estuvieron los padres, familiares, amigos, conocidos, maestros y el resto de la sociedad para identificar esa actitud antisocial del asesino y conducirla a un especialista o institución responsable de la salud mental? ¿Dónde estuvo el gobierno?
Sin duda, la salud mental es un problema público ocasionado por múltiples factores. No se trata de un problema individual de la persona que padece estrés depresión o una conducta antisocial derivada su propia historia familiar. Cuando el problema tiene o puede tener repercusiones entre más miembros de una comunidad requiere de la atención de las instituciones.
Desde este enfoque, se logran dimensionar el análisis y reconocimiento del alcalde de Toronto sobre la desatención de la salud mental en cada rincón de la ciudad y sus consecuencias. Se trata de un problema que a pesar de ejercer presión entre los residentes, carece de un área responsable de abordarlo, personas encargadas del tema en la estructura gubernamental, carencia de fondos específicos, así como de programas en la materia.
En Canadá, se estima que uno de cada tres ciudadanos padecen alguna enfermedad mental a lo largo de su vida. Por ello, el alcalde Tory urgió a una conversación franca a nivel nacional para atender el problema de las enfermedades mentales y procurar la salud mental de los canadienses.
El llamado llegó demasiado tarde. En la mente de Alex Minassian ya se desarrollaba la idea de ejecutar lo que hoy es el peor ataque contra civiles en la historia de Toronto. Un ataque que conjunto la aversión psíquica y social contra las mujeres tomando prácticas prestadas de grupos yihadistas. Una forma de terrorismo en contra de las mujeres.
Gabriel Ramírez. Periodista mexicano en Canadá.