A Ricardo Anaya ya lo condenaron los priistas: es responsable de lavado de dinero.
Pero la sentencia en contra del candidato de la coalición Por México al Frente no es más que discursiva y mediática. No ha habido proceso que lo haya señalado como culpable de ningún delito.
El domingo, el candidato José Antonio Meade, pidió a su adversario que no use proceso electoral para “lavar sus culpas y su dinero”.
También dijo Meade que ciudadanos y priístas “pintan su raya” con los corruptos que se han llenado los bolsillos de dinero público. De ahí no pasan.
Hasta hoy, ni la PGR, ni el SAT han dicho de qué es culpable Anaya. Acaso ¿esperan el inicio de las campañas para citarlo a declarar?
Ricardo Anaya ha sido golpeado por el sistema, al que pertenece y ayudo a consolidar en la última década.
Por eso, ante la mediática andanada, Anaya solicita una comisión internacional -al estilo Guatemala- que investigue la corrupción en nuestro país. Lista larga de pendientes con la transparencia y la rendición de cuentas tiene este gobierno.
Y es que fueron los del PRI-Gobierno, los que pusieron como tema de la campaña la lucha contra la corrupción. Bala en el pie.
Por eso las exigencias de los del Frente de que si tienen todos los elementos contra Anaya procedan o desistan si no cuentan con las pruebas que demuestren que Anaya es corrupto.
Justicia pronta y expedita, dicen nuestras leyes. Pero eso es algo que el sistema nos ha negado a los mexicanos, más cuando desde el Ejecutivo y con la anuencia del legislativo, no tenemos Fiscal General, Fiscal Anticorrupción, tampoco magistrados anticorrupción.
Anaya le pidió al presidente Enrique Peña Nieto que saque las manos del proceso electoral. No lo hará.
Colocar a Meade en condición de competencia tiene que ver con eliminar del camino al candidato del Frente. Para que se les crea que las “instituciones” actúan en el marco de la ley en contra de la corrupción, primero deben empezar por casa. Y eso es algo que en ADN de los priístas no está.
La Letrina. Se espera que hoy, desde el PRI-Gobierno, se lancen misiles en contra de Andrés Manuel López Obrador. Así está anunciado desde la semana pasada. Veremos que es lo que lanza el ex partidazo, un misil de alta letalidad política o un boomerang que, en su regreso, se les incruste en la frente.
