La Sala de Comparecencias del Senado de la República será conocida, a partir de este miércoles 10 de diciembre, con el nombre de “Elena Poniatowska Amor”, en honor a esta figura central de la literatura mexicana y “mujer brillante que ha marcado a generaciones con su escritura y su compromiso social”.
Así definió a la autora la presidenta del Senado de la República, Laura Itzel Castillo Juárez, en la Ceremonia Solemne a la que asistieron senadores, escritores y familiares de Elena Poniatowska Amor, para honrar con su nombre a la Sala de Comparecencias del recinto legislativo de Paseo de la Reforma.
Castillo Juárez destacó que este reconocimiento es un acto de justicia social para una escritora que ha dado ha dado voz a sectores marginados a través de la crónica, la entrevista, la novela y la recopilación de testimonios; además, ha acompañado las luchas sociales que han marcado la vida democrática de nuestro país.
“A partir de hoy, quienes comparezcan en este espacio, lo harán recordando el nombre de esta gran escritora, con la conciencia de que las palabras tienen peso y de que escuchar a los demás es una responsabilidad pública”, enfatizó la senadora.
La trayectoria de Poniatowska Amor “es ejemplo indiscutible de integridad y congruencia”, agregó, pues ha retratado con claridad la realidad del país y atendido a quienes han quedado fuera de los relatos oficiales, como trabajadores, estudiantes, víctimas de la represión, mujeres que lucharon por sus derechos y comunidades que rara vez recibían atención.
“Es tiempo de mujeres. No podemos olvidar que este momento histórico, marcado por grandes avances en la igualdad sustantiva, se construyó gracias al trabajo de escritoras, periodistas y luchadoras sociales, que nos abrieron camino con su dedicación y perseverancia. Elena Poniatowska es, sin duda, una de ellas”, sostuvo.
Beatriz Mojica Morga, presidenta de la Comisión de Cultura, coincidió en que las obras de Elena Poniatowska “no son sólo libros, son ventanas hacia vidas que gracias a su pluma quedaron en la memoria colectiva”.
Con su estilo, apuntó la senadora, la autora deja en claro que escribir “también es un acto de cuidado e incluso de autocuidado”, pues siempre enseña al lector que toda palabra tiene un peso y un propósito de quien narra con la verdad, y ayuda a sanar heridas y a encender caminos.
“Al dar su nombre a la Sala de Comparecencias, honramos más que a una autora: honramos su manera de escuchar, de preguntar, de abrazar la vida de quienes le abrieron su casa y su tiempo, honramos su compromiso con la justicia, su respeto por la voz de la gente y su entrega a la memoria de este país, y al acompañamiento que ha hecho a las causas de la izquierda”, apuntó.
Al tomar la palabra, Elena Poniatowska consideró que este acto es la condensación de una vida de 93 años que ha vivido “muy felices, muy agradecidos, en un jardín, un jardín pequeño, en Chimalistac”, al lado de luchadores sociales: los ferrocarrileros, las costureras, los periodistas.
Reconoció que fue para ella un honor llegar a vivir a México y tener tres hijos con Guillermo Haro, quien fue el fundador de la astronomía mexicana: “Como ustedes saben, los mexicanos destacamos porque sabíamos detectar en el cielo las estrellas, hablar de las estrellas”.
Aprovechó su discurso en tribuna para expresar su admiración por las personas que ha conocido durante su carrera, entre ellas Demetrio Vallejo, líder ferrocarrilero; Marta Lamas, impulsora del feminismo en México, y a Rosario Ibarra de Piedra, además de reconocer a sus padres María Dolores Amor y Jean Poniatowski, como defensores de la libertad.
Gela Manzano, poeta y académica de la Universidad Autónoma de Guerrero, compartió con los asistentes un fragmento de la novela de Poniatowska, “Querido Diego, Te Abraza Quiela”: “mi español avanza a pasos agigantados y, para que lo compruebes, adjunto esta fotografía en la que escribí especialmente para ti. Tu mujer te manda muchos besos con ésta, querido Diego, recibe esta fotografía hasta que nos veamos”.
Posterior a esta Ceremonia Solemne, la senadora Laura Itzel Castillo acompañó a la escritora para encabezar la develación de la placa con el que se nombra a la Sala de Comparecencias del Senado de la República “Elena Poniatowska Amor”.
En estos eventos acompañaron a la escritora su hijo Felipe Haro Poniatowska, y sus nietos Tomás Haro, Cristóbal Hagerman y Lucas Hagerman, además de diputados, funcionarios de la Secretaría de Cultura y reconocidas escritoras.
Elena Poniatowska Amor nació en Francia el 19 de mayo de 1932 y es ciudadana mexicana desde los años 60; a lo largo de su trayectoria ha incursionado en diversos géneros literarios como la crónica, la novela y la poesía, entre otras, lo que le ha llevado a publicar obras como “La noche de Tlatelolco: Testimonios de Historia Oral” (1971), “Hasta no verte Jesús mío” (1969) y “Querido Diego, te abraza Quiela” (1978), entre otras.
