Por. Saraí Aguilar
X: @saraiarriozola
Al parecer, la historia de WIcked y el Mago de Oz no sólo está de moda en las pantallas, sino también en la política mexicana. Resulta interesante cómo la trama principal de este clásico se puede encontrar replicada en nuestro país.
En días pasados reapareció en escena el expresidente Andrés Manuel López Orador con el pretexto de promover su más reciente libro. Desde el término de su mandato, cuando anunció su retiro de la vida pública y se confinó a su rancho para dedicarse a asuntos personales, no han sido pocos los que han dudado de su supuesta partida. Para la oposición y diferentes analistas, quien ha seguido gobernando detrás de la presidenta –como el Mago de Oz invisible pero que controla a Glinda– se encuentra AMLO.
En esta ocasión su aparición en video reavivó y confirmó a muchos esta zozobra.
La transmisión, en la que promocionó su libro, constituyó su primer acto de visibilidad pública tras su retiro formal de la vida política, y desde su finca en Palenque, Chiapas, rindió un mensaje dirigido a sus seguidores y simpatizantes.
No obstante, no solo habló de su libro, o más bien éste no constituyó el eje de ese video. Durante el mismo mencionó que su retiro “no es una simulación” sino una jubilación definitiva, tras casi 50 años de actividad política. Aseguró que dejó la política activa para dedicarse ahora a la reflexión, la escritura y la reconstrucción de la “teoría y práctica” de la política desde otra perspectiva.
En el video además menciona: “Decidí ya retirarme, no sentirme insustituible, porque ese es el otro problema, actuar como cacique, caudillo, jefe máximo, poder tras el trono…”
En la misma narrativa, el expresidente expresó su apoyo a Sheinbaum al dedicarle las siguientes palabras: “Hay que estar apoyando mucho a la presidenta, es la mejor presidenta del mundo, tenemos esa enorme dicha”.
En ese mensaje paternalista y protector –donde él condesciende a dejar el poder, ajeno a leyes o por encima de éstas, así como a cubrir con su manto a la presidenta– deja ver todo lo contrario a lo dicho por sus palabras.
Habló de regresar al escenario político en caso de ser necesario defender el país, la democracia o a la actual presidenta. Tal vez olvida que existen instituciones que serían las encargadas de llevar a cabo tales acciones en caso de ser requeridas. Que la Patria no es él, aunque haya insistido en encarnar todo el poder supremo en su persona. Que la presidenta es la Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas y es ella y no él quien llamaría a una defensa en caso de ser necesaria. Y no, el país no necesita de tlatoanis con penachos de plumas de pavorreal para sobrevivir.
Por cierto, al final de la historia, el Mago de Oz es descubierto… ¿y aquí que pasará?
