Por. Saraí Aguilar
X: @saraiarriozola
El activismo no se trata del activista sino de la causa. Pero las imágenes y entrevistas que algunos dan sin ton ni son pone en duda lo anterior. Sol González Eguía, Ernesto Ledesma Arronte, Arlín Medrano Guzmán, Carlos Pérez Osorio, Diego Vázquez Galindo y Laura Alejandra Veléz Ruiz Gaitán son los seis mexicanos que fueron detenidos por el ejército de Israel mientras navegaban hacia Gaza en la Flotilla Global Sumud. No obstante, al día de hoy, aunque busquen decir que fue por la causa, su tour de medios demuestra lo contrario.
Los mexicanos formaron parte del grupo de 493 activistas de varios países que integraron la Flotilla Global Sumud para romper el bloqueo naval y denunciar el genocidio perpetrado por Israel contra la población palestina. No obstante, el navío fue detenido por el gobierno israelí. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel afirmó que habían sido “detenidos de forma segura” y luego serían trasladados a un puerto de ese país para ser deportados.
Al margen de la legalidad de la detención o de la posición política con respecto al conflicto en Medio Oriente, lo que es inaceptable es el turismo de activismo. En cada una de las notas que se difunden de los supuestos activistas mexicanos se lee una narración de todo lo que sufrieron en sus detenciones, algo que contrasta enormemente con sus fotografias sonrientes que van al pie de dichas publicaciones.
Fueron recibidos con fanfarrias por personas pro Palestina que se dieron cita en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para darles la bienvenida. La Secretaría de Relaciones Exteriores se encargó de gestionar su repatriación. Y es curioso que, mientras las organizaciones simpatizantes de la causa palestina han cuestionado con dureza la política diplomática mexicana por no condenar contundentemente el genocidio y no romper relaciones con Israel, los activistas de la flotilla no tuvieron ningún reparo en saludar sonrientes al canciller Juan Ramón de la Fuente, con quien incluso se tomaron fotos sin que se les viera para nada molestos.
Con cantos de Bella Ciao y al unísono de la consigna “Palestina vencerá desde el río hasta el mar”, Diego Vázquez Galindo, coreógrafo de la compañía de danza de la UNAM, agradeció los aplausos y el recibimiento en México, y si bien pidió no olvidar que la verdadera situación está en la Franja de Gaza, no dejaban de alzar las manos en forma triunfalista y contar los maltratos que sufrió en prisión.
Así, ¿cómo cumplir lo que pide la propia Greta Thunberg de que se hable más de los palestinos que de sus defensores. ¿De verdad son activistas por la causa o por el foco? Sería interesante conocer sus compromisos con la sociedad mexicana o si el compromiso es con la cámara y el micrófono.
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