Por. Saraí Aguilar
X: @saraiarriozola
Hoy fue Paloma Nicole. La adolescente de 14 años es la más reciente de la ya larga lista de fallecidas a causa de cirugías plásticas.
Paloma perdió la vida luego de presuntamente ser sometida a una cirugía estética en un hospital privado de Durango. El asunto se complicó ante la denuncia del padre de la menor de edad de que él no había autorizado el procedimiento y que la madre de la adolescente realizó la intervención a escondidas.
Al margen de la disputa por custodias y permisos, es de alarmarse que ya se convirtió en un mal epidémico la muerte en procedimientos estéticos.
El tema no es nuevo. Ya desde la legislatura pasada uno de los temas pendientes fue la reforma al artículo a la Ley General de Salud que establece que quienes realicen en México cualquier tratamiento de medicina estética tengan un título de médico, y prohíbe tajantemente que estéticas, spas y gimnasios realicen procedimientos como las aplicaciones de bótox y toxina botulínica, entre otros.
Fue aprobada en 2023 una reforma al artículo 79 de dicha ley, en la cual, hasta antes de la modificación aprobada casi por unanimidad de votos, se encontraban una serie de campos para cuyo ejercicio era necesario contar con documentos probatorios. No obstante, la ley quedó pendiente y fue heredada a la actual legislatura .
Pero, más allá de reformas y declaraciones en momentos álgidos, urge la regulación del ejercicio profesional médico en nuestro país y una concientización en los pacientes para verificar información y ser consciente de los riesgos que conlleva someterse a ciertos procedimientos.
Gracias a las redes sociales y la publicidad, México se ha consolidado como un destino popular de turismo estético. De acuerdo con datos de El País, es ya la segunda nación con mayor proporción de pacientes extranjeros en cirugía plástica (35.1%), sólo por debajo de Colombia (35.9%), según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS). Le siguen Turquía con 30.7% y Siria con 25.6%.
La propaganda no se ha regulado. Y si bien no se trata de pontificar de una superioridad moral al hablar de la abstinencia de procedimientos estéticos, sí es pertinente evitar la trivialización de este tipo de intervenciones. Un anuncio reza: “Disfrute de una hermosa recuperación en su suite en la playa”, como si se tratara de vacaciones o de experiencias de vida deseables.
Se debe de entender y hacer conciencia que ningún procedimiento quirúrgico es algo trivial o sencillo. Y además hay que reiterar que #ConLosNiñosNo: ni infancias ni adolescencias deben someterse a procedimientos que solo emanan de una irresponsable frivolidad.