Por. Saraí Aguilar
X @saraiarriozola
A veces el mérito de algunas personas queda resumido en el nombre de una calle o sala de museo sin mayor trascendencia. Al parecer es el caso de Rita Cetina, a quien en su honor se llamó a la beca que implementó el gobierno federal como una estrategia para brindar respaldo económico a las familias con hijos inscritos en escuelas públicas de nivel secundaria.
Esta beca tiene como objetivo principal reducir la deserción escolar y facilitar el acceso a una educación continua para estudiantes en situación de vulnerabilidad.
No obstante, en la vida cotidiana, Rita Cetina quedó relegada a asociar su nombre solo con depósitos en efectivo a los estudiantes del país que reditúen en votos y como sinónimo de grilla para los partidos opositores.
Rita Cetina fue una maestra, feminista, poetisa y precursora de la educación de las mujeres en México. Fundó la primera escuela laica para niñas en Yucatán, La Siempreviva, y la revista La Siempreviva, la primera publicación escrita, editada y dirigida por mujeres en el país. Fue asimismo promotora del primer Congreso Feminista en Yucatán. Este congreso, impulsado por el gobernador Salvador Alvarado, congregó a más de 600 mujeres, principalmente maestras del estado, para debatir y buscar soluciones a los problemas sociales y educativos de las mujeres y defender sus derechos. Generalmente se asocia este evento solo a Hermila Galindo y como un antecedente del voto de las mujeres y otros derechos, y se deja de lado la presencia de las maestras que desde esas fechas impulsaban la lucha por la igualdad en la educación.
Pero al parecer no solo en su momento esta lucha de Cetina fue minimizada. La Beca Rita Cetina, si bien su intención o al menos la que se enuncia desde el discurso político, es reducir que el factor económico sea un determinante en la deserción escolar y esto es loable (aunque cuestionable el reducirlo a meros depósitos en efectivo), no cuenta con la perspectiva de género que caracterizó la lucha de Rita Cetina. Al día de hoy la deserción escolar en la etapa básica es muy alta en ambos géneros, pero a las adolescentes y niñas se les sigue tipificando como cuidadoras y en caso de necesidad son ellas a quienes se les requerirá de su presencia en casa para labores domésticas, cuidar enfermos o hermanos. Y en caso de embarazo adolescente el nivel de deserción es mucho mayor para las madres, no así para los padres.
La brecha continua en el tema digital. Si bien al día de hoy se proclama a viva voz que todos estamos conectados, aquí también el género importa, Las mujeres son menos propensas a estar en el metaverso en acciones que las empoderen, como educación en línea, banca digital, entre otras.
Por ello, asombra que el nombre de Rita se haya limitado a un depósito de mil 900 pesos por familia, sin tomar en cuenta nada de su gran lucha.