Por. Saraí Aguilar
X @saraiarriozola
Al parecer, la paridad legislativa se constituyó para que ahora los agresores pudieran tener fuero. Esto parece constatarse con el caso del diputado morenista Cuauhtémoc Blanco, quien el martes pasado fue arropado por su bancada, incluidas mujeres… y también por el PRI.
Al grito de “no estás solo”, las diputadas de Morena recibieron al exgobernador de Morelos cuando, de manera tramposa, le dieron un turno para que pudiera hablar en tribuna.
Tras una caótica sesión, oficialistas y tricolores rechazaron el desafuero del exfutbolista frente a las acusaciones de abuso sexual que investiga la Fiscalía de Morelos.
Así que, en una práctica que ya parece haberse convertido costumbre en las bancadas oficialistas, desde que protegieron a Félix Salgado Macedonio también de denuncias de violencia sexual, nuevamente decidieron privilegiar la cargada y el pacto patriarcal.
“No tengo miedo, aquí estoy, parado frente a ustedes. Nada más, esto fue después de seis meses la señora presentó esta demanda en mi contra y estoy dispuesto a ir a la Fiscalía porque mi conciencia está muy tranquila”, dijo Blanco en la tribuna.
Claro que no tenía miedo. Cómo tenerlo, cuando ya se había esfumado el sueño de que las 251 mujeres de San Lázaro hicieran bloque para comportarse como un solo voto. Pese a que desde el propio oficialismo surgió el impulso para que se pudiera investigar al acusado, finalmente la protección contó con el respaldo de 291 legisladores.
En este país, son las mujeres las que tienen miedo a andar por las calles. Son las que tienen que cuidarse de violentadores y además mantener una reputación intachable para que, en caso de ser víctimas, no sean ellas los juzgadas en lugar de sus agresores.
Claro que Blanco no tiene miedo, pues al parecer en este país se prefiere proteger a los agresores que defender a las mujeres.
Al subir a tribuna, la petista Lilia Aguilar, junto a los diputados de su partido, expuso que su voto en contra fue de principios y de convicción. “No podemos decir cada 8 de marzo que la 4T será feminista o no será”, añadió, y acusó que no hubo apego a las normas por parte de la Sección Instructora, encargada de analizar las peticiones de desafuero.
Pero nada de esto hizo mella en sus compañeras de alianza, quienes a pesar de usar la bandera feminista y muchas de ellas haber llegado ahí por cuota de representación, se enorgullecieron de ser parte del pacto patriarcal que las utiliza para ratificar su poder y auspiciar violencias.
Porque hablando de pacto patriarcal, no podemos dejar de lado a Alito Moreno. Pues entre corrillos se comenta que el líder priista solicitó desechar la petición de Blanco a cambio de que Morena haga lo propio en el proceso de desafuero en contra de él.
Al parecer no llegamos todas. Llegaron aquellas que supieron montar la ola feminista para su propio beneficio y de los hombres.