Por. Paloma Cuevas
Nombre: Alma Patricia Bernal Oceguera
Preparación Académica: Doctora en Derecho por el Centro de Estudios de Posgrado en Derecho. S.C, con Posdoctorado en Derecho por la misma Universidad, Maestra en Derecho Electoral, con Mención Honorífica, por el Instituto Electoral del Estado de México.
Cuenta además con los siguientes cursos, entre muchos otros:
- Búsqueda y Localización de Personas, EDOMEX
- Perspectiva, Igualdad y Violencia de género, Universidad Autónoma del Estado de México.
- Habilidades Directivas y Equipos de Trabajo, Tecnológico de Monterrey.
Cargo: Encargada de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de México.
Platiqué con la Doctora Patricia Bernal en un momento sumamente convulso para nuestro país y para su alma. Desde el cargo que representa a una institución, con todas las implicaciones que lo acompañan con la intención de ponerle cara a un nombre y de que la población la conozca, como ella es, sin filtros y con el compromiso puesto en su lugar.
Paloma Cuevas (PC): Bienvenida, Doctora Bernal.
Patricia Bernal (PB): Gracias por el espacio, creo tener el contacto directo con las personas es fundamental, para que podamos completar nuestra misión.
PC: No es fácil el momento a nivel histórico, y se requiere valor del que va asociado a la palabra valentía y generosidad, porque en muchas ocasiones cuando estamos fuera del servicio público, nuestra percepción de los servidores públicos dista mucho de ser la real. Sin embargo, los que hemos tenido el honor de servir a la gente sabemos que los verdaderos servidores públicos tienen hora de entrada, pero no tiene hora de salida, porque su amor por la labor los rebasa.
Quiero preguntarte algo, ¿qué significa tu nombre, para ti? ¿Te gusta tu nombre?
PB: Significa poder tener un espíritu importante para hacer las cosas. El ALMA PATRICIA, tiene que ver con el espíritu noble al que le toca afrontar cosas.
PC: El otro día leía una frase que decía algo así como “cuando a uno le tocan las cosas, es porque trae con qué…” y así lo veo cuando te veo con la fuerza impresionante con la que lo haces. ¿Juras decir la verdad y nada más que la verdad y si no que la nación te lo demande?
PB: Estoy orgullosa, porque esa preparación es resultado de mi red de apoyo, se lo debo a mis hijos, a mi esposo, a mi madre, a mi padre y es fruto del esfuerzo de muchos años. El ser una mujer que ha podido estudiar me compromete con aquellas que no lo han podido hacer.
PC.- A ver, esto te lo voy a poner en poesía, ¿tú estudias, te preparas, no duermes, te examinas y estás en constante actualización y capacitación para dar voz a aquellas que no han podido hacer lo que tú estás haciendo?
PB.- Darles voz, presencia y luchar por las causas y los derechos que vale la pena dar la lucha. Dicen que las que estudiamos Derecho, traemos una herida de injusticia, no estoy tan segura del tema, pero sí creo que tenemos la convicción de que las cosas pueden ser mejores y lo hacemos de la mejor manera en que podemos.
PC.- Pues mira, ante el hecho de que todos, todas y todes andamos cargando con cinco heridas de infancia, y que no hay escapatoria, si esta herida de injusticia provoca eso, pues qué bueno que exista para que “alguien” tenga la convicción de dejar el mundo mejor que como lo encontró. ¿Cómo descubriste el derecho y qué te hizo pensar que podría estar como tu misión eso de luchar por la verdad, la justicia, la equidad y todas esas palabras tan pesadas, pero que nos toca aligerar?
PB.- Fíjate que soy la primera abogada en mi familia. Soy la más chica de las primas por la rama paterna y la más grande por la rama materna. Ahora somos una larga línea de abogados y abogadas. Mi hijo me recrimina que me fui por el camino “fácil” de las ciencias sociales, tengo un diario que conservo con mucho cariño. A los diez años quería demandar al mundo de las injusticias que veía, entre otras que las niñas y los niños no eran tratados de manera igual.
Alguien me dijo: “Demándame”, y dije “¿cómo le hago? A la hora de irme a hacer un examen vocacional, me sale derecho y yo creía que quería estudiar medicina. Creo que más bien a mí se me da la responsabilidad.
Sentía una necesidad de hacer justicia en un mundo donde yo veía que no estaban bien las cosas. Estudié en la escuela pública, en la que creo profundamente, mis posgrados en escuela particular, los realicé cuando ya trabajaba y pude solventarlos.
PC.- ¿Con qué te encontraste al entrar a estudiar derecho, cómo ha cambiado en evolución hacia la actualidad?
PB.- Encontré un contexto muy amigable. Las mujeres al ser comprometidas arrasamos en cualquier área, sin embargo, el acoso por parte de los profesores era un tema normalizado. No me tocó ser víctima, pero ví llorar de frustración e impotencia a muchas compañeras, nuestra forma de luchar era estudiando para no dar espacio a estar expuestas.
Ahí entendí que, así como en la infancia, me iba a tocar luchar contra injusticias e incongruencia. Luego en el mundo laboral descubrir que el tabulador no indica el mismo sueldo para hombres y para mujeres.
Hasta exámenes de no gravidez para poder ocupar un cargo, y demás irregularidades. La vida nos va llevando por los caminos que debemos recorrer.
De hecho, fíjate que cuando iba a titularme, mi línea era sobre derechos humanos y me anularon la tesis, porque la línea de investigación ya estaba saturada, esto hizo que no pudiera titularme sino hasta un año después, y fue un derecho que yo sentí vulnerado, pero no comprendí en ese momento, sino hasta que me deconstruyo. Esta parte me hizo sentir una necesidad imperiosa por hacérselo saber al mundo. No es normal que siga habiendo ese rezago en cuanto a la violencia. Dicen que la violencia y el maltrato son la madre de la maldad y lo que tenemos en el mundo hoy es el hijo de la maldad.

PC.- Vámonos ahora a tu tema, eres la persona a cargo de la Comisión de Búsqueda de Personas en el Estado de México, estás en el tema, sales a las búsquedas, acompañas a las madres buscadoras y estás presente.¿De qué se trata estar al frente de la Comisión de Búsqueda de Personas en el Estado de México?
PB.- Hoy estoy al frente de una Comisión que refleja no un trabajo, sino una misión, sin fronteras, sin horarios, con un fin profundamente humanista, que tiene que ver con un tema que lacera a nuestro país de una forma brutal, cuáles son los orígenes de esta situación. Las desapariciones como esta forma de opresión. Creo que este es uno de los cargos más bellos que me ha tocado vivir. Sé que la vida concluye hasta que concluye, pero esta es una de las responsabilidades que estoy viviendo con mayor compromiso como persona.
PC.- Estamos viviendo tiempos complejos y dolorosos en cuanto a que somos grandes amantes de México, más allá de las deudas históricas que conocemos y hemos vivido. ¿Cómo mantener el amor por un país, la entrega por un estado y la alegría por la vida, cuando nos atraviesan las historias tremendas que vivimos todos los días, de las que no podemos culpar a una sola persona? ¿Cómo resolver cuando este cáncer hace metástasis en todo un país, lastimando a una gran parte de la población, sin ser ni irresponsables, ni sensacionalistas?
PB.- Fíjate que escuché en la mañana algo que me llamó mucho la atención y decía: “el obstáculo va a estar ahí, y puede ser para ti, tuyo. El dolor va a estar ahí, y puede ser para ti y tuyo. No le puedes dar la vuelta, lo tienes que tomar con el respeto que se merece, pero para hacerlo, debes estar fuerte por dentro. Debes generar una fortaleza que permita resolver, mover y acompañar.”
En el caso del tema de desaparición, que es eminentemente lacerante para cualquier sociedad, lo que hoy me fortalece es que debemos ser parte de la solución.
Debemos generar la forma de allegarnos la información y generar los vínculos que nos permitan buscar de maneras diferentes. Las madres buscadoras nos enseñan que si ellas lo buscan lo encuentran porque parten del amor y de la necesidad de certezas, acompañada de fortaleza.
Si ellas lo logran con sus recursos, el estado, y sobre todo el estado de México, con los recursos con los que se cuenta, con las buenas disposiciones y normas, fruto del trabajo de la gente, tales como la Ley General y la Ley Estatal de Desaparición tuvieron que sentarse los operadores, las madres, las colectivas. Hoy contamos en cada municipio con las células de búsqueda que antes no existían. Los últimos decretos de la señora presidenta nos dicen: “esto nos corresponde a todos…”
Olvidando los egos se trabaja en equipo con cualquiera que quiera sumarse por la causa, logrando objetivos grandes.
Respetamos jurisdicciones, damos cumplimiento a la legalidad. La causa que nos une hoy es buscar y de buscar encontrar y de encontrar identificar. Me pregunto, qué ha pasado en todos estos años que un estado como este no tiene un centro de identificación. Somos muchos, ¿cómo ayudamos? ¿Cómo mejoramos?
¿Hay muchos avances? Sí. ¿Hay muchos logros? Sí. ¿Hay mucho dolor? También. ¿Cuántos nos faltan? Todos. Esta es la búsqueda de todos. Somos fruto de un señalamiento internacional que dice: “El estado mexicano ha cometido violaciones. Necesitas instituir una comisión que además de cumplir con estas tareas, busque la vinculación, organice y acompañe.”
PC.- Acabas de decir algo brutal, cuando hablábamos de desapariciones, hablábamos de desapariciones forzadas, pensábamos en las desapariciones del siglo XIX en Estados Unidos, de trata de personas. La trata de personas con las haciendas henequeneras en Yucatán durante el porfiriato. Pensábamos en los hijos del ’68 y en la apertura de los archivos de aquella época el año pasado donde se pidió perdón a las madres que jamás encontrarán a sus hijos porque ya se aceptó que “desaparecieron” en el mar.
Hoy hablamos de sociedades omisas, nos escandaliza Teuchitlán, pero la gente sabía que existía. Hoy hablamos del terror, un terror impuesto que hemos permitido todos.
Cuando hablamos de comprometernos, con los que no somos nosotros, pero que también deberían dolernos, hablamos de una brutalidad en cuanto al tema de omisiones.
Si se requiere un pueblo para educar a las infancias, y si los niños están siendo niñereados por las redes sociales, los videojuegos anestesiadores de la empatía, la inteligencia artificial a falta de inteligencia natural.
¿Hasta dónde crees, si es que lo crees que le quedamos a deber a las generaciones de nuestros hijos y nietos, porque en algún punto todo lo que no hayamos hecho, nos será demandado por la nación?
PB.- Tienes toda la razón, yo creo que a nosotros como personas conscientes nos corresponde transmitir que estamos unidas y que somos una red, y que lo que yo haga te va a afectar a ti y viceversa. Con esa convicción y compromiso, cuando hablamos de deuda histórica y memoria histórica, te hierve la sangre y dices, el asumir un cargo de esta índole significa que sobre mí van a caer todos esos señalamientos, omisiones, imprudencias, delitos que en su momento se cometieron, porque tenemos que resarcir, en la medida de nuestras posibilidades el daño que se ha generado.
PC: ¿Te va a alcanzar la vida?
PB.- A lo mejor una vida, no. Pero empiezas a formar cimientos y empiezas a crear aliados. Si empezamos cada uno a asumir esta responsabilidad y a tejer los lazos, porque solos no lo vamos a poder a hacer. Decían las madres buscadoras y algunas activistas que lideran colectivas, decían: “es gente que ha perdido la tranquilidad, con el familiar que perdió, que no localiza, que aparece como extraviado, le fueron arrancadas la paz, la tranquilidad y la templanza y tenemos que asumir que esa parte como responsabilidad del estado nos toca.”
¿Qué es lo que más apoya en una búsqueda? El difundir la información, el no ocultar que estamos buscando a alguien. Hay algunos asuntos con los que debemos tener mucho cuidado, cuando se presume que puede haber crimen, delito o algún perpetrador inmiscuido, pero lo que más ayuda es compartir la información, difundirla.
Lo que sucedió por ejemplo en Ayotzinapa, generó tanta suspicacia, que obliga a entrar a espacios como el Rancho Izaguirre en Jalisco. La necesidad de entrar generó un desorden. Las madres esperan respuestas.
PC.- Yo iba a preguntarte, qué sentiste cuando te informaron que estarías a cargo de este despacho y cuándo te diste cuenta de que este cargo es la perfecta “rifa del tigre”, porque traes un déficit de no sé cuantos años en cuanto a búsqueda de personas.
PB.- Creo que al final las misiones que te van tocando en la vida, son por algo, tu dijiste hace rato, “Si te toca es porque te alcanza”, o vas a conseguir para hacer que sea suficiente, así que la tomo con amor, sin caer en el exceso, pero creo que esta misión debe tomarse con la entereza y entrega, profesionalismo e integridad para forjar los lazos que nos permitan seguir hacia adelante.
La historia nos enseña que la vida es un ciclo. Ojalá que hoy que me toca estar del lado de las autoridades que responden, lo haremos de la mejor manera. No estoy sola, cuento con un equipo sólido, preparado, capacitado y entregado. Cuento con leyes firmes, las colectivas y las madres. Claro que hacen falta cosas, personal y presupuesto jamás van a alcanzar, porque la deuda es enorme.
El plan es avanzar con pasos firmes. Ojalá pudiéramos asegurar que vamos a restituirlos a todos, pero una cosa si te digo, estamos buscándolos a todos, hasta donde el cuerpo, la estructura y el recurso alcancen. Y si hay que conseguir más, lo vamos a conseguir, es la parte que nos corresponde.
Creo que los tiempos están para forjar aliados.
PC.- Quiero preguntarte categóricamente y sin espacio para titubeos, ¿a qué te comprometes con esas madres que tal vez no confían en las instituciones? ¿A qué te comprometes con esas madres que han vivido lo indecible? ¿Qué es lo que sí, siempre y a pesar de todo podrán contar con Patricia Bernal?
PB.- Todo lo que soy, que puedo y con lo que cuento que es lo que puedo ofrecer siempre estará a su disposición, hoy y hasta donde me alcance la vida. Este tipo de misiones no son de un sexenio, son de una causa. Me comprometo a hablar con la verdad, a pedir, a solicitar, a mencionar los límites y también las oportunidades, a tocar las puertas para hacer lo que se tiene que hacer para lograr los objetivos. Soy madre, soy persona y soy consciente.
Esta vida me lleva a decir, tengo con qué, puedo, quiero, y no es hoy, sino este fenómeno que estudié desde la academia hoy me compromete a vivirlo y resolverlo desde mi trinchera. Yo creo que la búsqueda nos corresponde a todos.
Hoy la dignificación de los restos de las personas tiene que ser parte fundamental de los resultados de las búsquedas. Devolver la dignidad a la persona. No buscamos huesos, buscamos personas, buscamos historias.
Requerimos sensibilizar.
PC.- Que no se olvide que los lugares vacíos alrededor de las mesas familiares, son personas, no estadísticas. Son el hijo que una madre maternó en su vientre durante nueve meses, son la hija que una madre esperaba, la sobrina, la prima, la novia, la amante, una persona. No hablamos de cifras, ni de porcentajes, sino de personas. Urge una búsqueda de conciencia que nos haga entender la urgencia de acompañarnos en estos procesos.
PB.- Tomándolo como misión y no como un trabajo. Idealista con los pies en la tierra. Agradezco de corazón por las alianzas que promueven los pasos firmes y concretos para devolver paz y tranquilidad ante la tortura de la desaparición.
Como autoridad, toca afrontar, responder y aceptar desde la perspectiva humana, siempre comprometida, hasta encontrarles.