Por. Gilda Melgar
X: @gintly
En enero de 2024 y 2025 el movimiento “No buying january” se hizo viral en redes, liderado principalmente por mujeres de entre 30 y 40 años.
La idea detrás de “Enero sin compras” es tomar el reto de no hacer compras innecesarias al inicio del año, después de dos meses de realizar gastos extras debido a las celebraciones del “Día de Acción de Gracias”, el “Black Friday” y, por supuesto, las fiestas de Navidad y el Año Nuevo.
Resistir la tentación de comprar cualquier cosa que NO sea esencial es verdaderamente un reto si tomamos en cuenta que todos nos enfrentamos 24/7 al bombardeo publicitario de los medios de comunicación y las redes sociales, invitándonos a gastar en cosas que no necesitamos. Incluso la presión familiar o los compromisos sociales pueden hacer que un reto así sea imposible de cumplir.
Si bien el reto “No buying january” aún es considerado de nicho, cada año se unen más personas con el ánimo de desintoxicarse de la resaca decembrina.
No significa convertirse al “minimalismo” –pues sabemos que este movimiento implica además una posición social y política–, sino simplemente de parar las compras al menos un mes para equilibrar en algo las finanzas personales.
Obviamente no podemos escapar de los gastos básicos de alimentación, vivienda, transporte, educación o salud; digamos que son innegociables. Sin embargo, sí podemos tomar conciencia de que teniendo lo esencial “no necesitamos” nada más.
Un motor poderoso para unirse a “Enero sin compras” puede ser el pago de deudas en tarjetas de crédito, o bien, una meta para hacer la compra de bienes o de un viaje al extranjero.
Levantarse todos los días con un propósito firme para no gastar de más debería ser un aliciente para el éxito seguro.
Algo que puede ayudar enormemente a cumplir cada día este reto es visualizar diariamente una tabla gráfica de los Sí y los NO.
No todos los expertos financieros se muestran optimistas con este tipo de desafíos, ya que lo comparan con las dietas que de un día a otro te impiden comer azúcar y carbohidratos.
No es un asunto de todo o nada, en su lugar, se recomienda hacer pequeños cambios, como eliminar los “gastos hormiga”, como comprar el café matutino o hacer click en las notificaciones de Amazon.
Otros ejemplos así de simples pueden ser el de “Cine en casa”, eligiendo películas disponibles en las aplicaciones que ya estamos pagando. Una mujer en los 30 que se unió al reto en 2024 dijo: “En lugar de ir a las rebajas de enero en las tiendas del ‘fast fashion’, ve de compras a tu armario y haz una limpieza profunda de lo que realmente amas usar, al estilo Mari Kondo”.
El mismo hecho de haber recibido regalos de artículos de cuidado corporal como cremas o de spa que uno normalmente no compraría puede facilitar las cosas.
Reiniciar una mente consumista puede ser aún más difícil cuando se tienen hijos pequeños o adolescentes o se romantiza demasiado la vida cotidiana. Soy del segundo grupo y en otros años, a estas alturas ya estaría pensando en adquirir nuevos artículos de decoración para “comenzar bien” un nuevo año.
Si esta fuerza de voluntad o el propósito de no comprar logra extenderse a todo el año, al final del 2025 tendríamos sí o sí algún ahorro por todas las cosas no compradas impulsivamente.
Es cierto que el ánimo de las fiestas es contagioso y que, en el mejor de los casos, nos toca celebrar, pero las fiestas también cansan, es como cuando uno dice “necesito vacaciones de las vacaciones”.
No sé ustedes, pero yo definitivamente necesito dejar de abrir la cartera por un rato y olvidarme 11 meses del brilli brilli navideño.
Les deseo un excelente 2025, lleno de salud, paz y ánimo de vivir.