Por. Alicia Reyes Amador
Los bebés, los gatos y los humanos, poseemos una capacidad valiosa; nos podemos percatar del peligro que entrañan los comportamientos e intenciones de otros humanos.
Es común que un bebé o un gato, se nieguen a ser acariciados por alguien de quien perciben rechazo o falta de autenticidad; sin embargo, en el mundo humano hemos ido perdiendo esa cualidad por no ejercitarla. Preferimos, en muchos momentos, no hacer caso a nuestras percepciones y menos a darles crédito, de ahí que cada día proliferen los feminicidios, los abusos, los fraudes y todo tipo de agresiones, cuando éstos tienen que ver con que los victimarios han engañado a sus víctimas con relativa facilidad.
En casi todos los casos quien es engañado parece no darse cuenta, o no desea hacerlo, que hay algo “raro” en el discurso, el comportamiento, la mirada, la intención de quien lo aborda. No percibe o no hace caso a sus sensaciones instintivas de que algo no se inserta del todo de manera natural en lo que enfrenta.
¿Por qué razón? Blink. Inteligencia intuitiva de Malcom Gladwell nos habla de ello. Nuestro cerebro tiene dos estrategias para comprender aquello a lo que nos enfrentamos de manera cotidiana: una es la estrategia consciente, basada en un proceso lógico y en las evidencias que reunimos para orientarnos. La otra se trabaja en nuestro cerebro, obtiene rápidamente conclusiones que surgen de nuestras percepciones. Sentimos sin poder muchas veces explicar siquiera cómo o porqué llegamos a ellas. Sin embargo, en un porcentaje asombroso, resultan certeras, incluso, comparándolas con muchos de los resultados obtenidos a través de la primera estrategia.. A veces, incluso, están por encima de las conclusiones que hemos obtenido, sobre el mismo tema, de manera consciente y lógica.
Los científicos definen esta parte de nuestro cerebro que elabora este tipo de deducciones como inconsciente adaptativo. Gladwell y su equipo nos hacen llegar una serie de experimentos e investigaciones, tan interesantes como increíbles, ubicados en diversos campos y actividades sociales, a través de los cuales demuestran que su hipótesis es más que cierta y verificable.
Nos hace ver, como en este mundo de evidencias, es posible, en ocasiones, reunir tanta y tan variable información, minimizando lo que estamos percibiendo, que literalmente los datos terminan por abrumarnos lo que nos impide llegar a asumir algún resultado.
No hay en ninguna parte de su discurso denostación alguna sobre el proceso consciente y lógico, al contrario, éste es para Malcom Gladwell, tan valioso como el intuitivo, cada uno tiene su campo de aplicación y su valor para comprender y aprehender nuestro entorno,. En su texto Gladwell, no hace sino ponderar una herramienta, extremadamente útil que se ha dejado de practicar. .
Todo el texto sugiere activar esa capacidad, hay que escuchar con los ojos, interpretar señales no verbales, como gestos, miradas, sonrisas, inflexiones o volumen de la voz. Percibir el sentido de los movimientos de las manos, la forma en que se tensan los músculos del cuerpo, los significados no literales del discurso, etcétera, es un Blink.
Lograrlo, sin pretender suplantar o eliminar la capacidad lógica y consciente nos permitiría un aprovechamiento integral de nuestro cerebro y la posibilidad de que hubiese menos engañados, defraudados, violentados, niños impuestos de una pareja a otra bajo expectativas falsas y, desde luego, menos frustraciones en los proyectos que planeamos queriendo incluir a quienes no desean ser parte de ellos.
El texto tiene una prosa ligera, muy atractiva, los ejemplos que utiliza son además de bien respaldados, elegidos de tal manera que ilustran a nuestra cotidianidad.