Por. Saraí Aguilar
¿Se podrá romper el pacto patriarcal? Esa es la pregunta que enfrentó el canciller Juan Ramón de la Fuente en días recientes.
¿La razón? Los señalamientos y denuncias formales de diferentes mujeres y organizaciones contra Jorge Islas, quien fungía como cónsul en Nueva York en la pasada administración y al que, a pesar de las quejas, se le generó una posición a modo: coordinador general de Consulados.
La decisión al final no la tomó al menos de manera pública. Acuerdo en privado o decisión personal, se facilitó la salida a Jorge Islas a dejarlo declinar. Pero esto no quita que se deba hacer una revisión exhaustiva de qué pasó en todos estos años que un presunto violentador pudo permanecer impune. Pues el problema del acoso va más allá de una administración. De hecho, en junio de 2023, Emeequis había documentado los testimonios de las víctimas durante la gestión de Islas.
Despidos injustificados, acoso laboral, outsourcing… “Estamos en un limbo legal. No nos protegen las leyes laborales mexicanas, ni las de Estados Unidos”, refiere una extrabajadora del Consulado de Nueva York. Más de 16 mujeres encabezaron una queja ante la mandataria Claudia Sheinbaum: “Presidenta, confiamos en que su Gobierno tomará con la seriedad que se merece esta situación y que se actuará con compromiso para evitar que las conductas del señor Islas López continúen. Le suplicamos impedir otros incidentes de violencia del señor Islas López y reconsidere su nombramiento”.
Esto, en referencia al tiempo que encabezó la representación en Nueva York: “Varias de nosotras, miembros del Servicio Exterior Mexicano y trabajadoras del Consulado General, sufrimos acoso, hostigamiento y discriminación por condición de género constante por parte de este señor”.
La situación va más allá e incluso colectivos de migrantes habían pedido la remoción de Islas del cargo.
Al parecer, en la gestión del actual secretario de Economía y otrora canciller, enunciarse como feministas no bastó. Aun recordamos en 2020, cuando en el contexto de la reunión anual de Embajadores y Cónsules de México, el secretario de Relaciones Exteriores en ese entonces presumió como un logro el arranque de una política exterior “feminista”, con la que buscaba “reducir y eliminar las diferencias estructurales, brechas y desigualdades de género”.
Con esto, México se convertiría en el primer país de América Latina en adoptar “una política exterior feminista”… aunque ésta era solo de palabra. Al igual que pasó con Alicia Bárcena, quien lo sucedió en el cargo e ignoró los señalamientos, demostrando que el sistema patriarcal puede ser replicado por hombres y mujeres por igual.
Hoy la presidenta Claudia Sheimbaum ha pedido dar seguimiento a las denuncias. El que Islas se haya bajado no lo exime de una investigación. ¿Pesarán más las lealtades a su compañero de equipo o el compromiso con la ciudadanía?