Por. José Luis Hernández
Pasaron 43 años para que los Dodgers de Los Ángeles, California, se vuelvan a enfrentar con los Yankees de Nueva York, dos equipos de béisbol con la mayor tradición y abolengo en Estados Unidos de Norteamérica.
Dos ciudades que comparten el estatus de ser Ciudades Santuario, donde los inmigrantes son tratados con respeto y dignidad esperando ser parte del sueño americano. En el equipo de los Dodgers han jugado y siguen jugando una cantidad importante de deportistas de muchas latitudes del planeta. Desde nuestro querido Fernando “El Toro”, Valenzuela hasta el jugador mejor pagado y una figura actual del béisbol, el japonés Shohei Ohtani.
Pasa lo mismo con los Yankees, hay que recordar “El bambino” Babe Ruth, nacido en Estados Unidos pero de padres italianos, quien se convirtió en una leyenda porque cada vez que bateaba era un terror para los pitchers, ya que era casi seguro que hiciera un home run. Esto dio pie a que los sigan nombrando “Los bombarderos del Bronx”. En los Yankees también siguen jugando peloteros de distintos orígenes étnicos, en su mayoría latinos. No falta el mexicano, puertorriqueño, cubano, venezolano…
Por eso nos llena de alegría a muchos seguidores del juego de la pelota caliente que estos dos grandes equipos se enfrenten. Ahora si que “esto no se acaba hasta que se acaba, haciendo alusión hasta que caiga el out 27 de las 9 entradas reglamentarias, porque si siguen empatados, se sigue jugando.
Es un deporte -el béisbol- apasionante y muy largo y aburrido para a quienes no les gusta, pero ya estamos a unos días de que empiece la Serie Mundial de Béisbol el día 25 de octubre y podría terminar en el día de las elecciones el 5 de noviembre. Sería una coincidencia memorable en donde dos ciudades demócratas se unan ante una muy competida elección presidencial en donde la ventaja la traen los republicanos.