Por. Cristina Ortega
Después de un calor extremo y una sequía propia del cambio climático, en México, puntualmente en la península de Yucatán iniciamos el mes de julio con la amenaza de un huracán categoría 5 (Beryl). Las imágenes en redes sociales de la trayectoria eran amenazantes; los lugareños no dejaron pasar la oportunidad para hacer referencia de los dioses mayas, pronto surgió el debate si era Chaak (Dios de la lluvia para la agricultura) o era Yaluk (Dios del trueno y el relámpago) con sus ayudantes Cakulha y Coyopa. De inmediato los conocedores del Popol Vuh (texto sagrado para la cultura maya que narra los mitos de la creación, y que describe las primeras dinastías humanas) entraron en debate sobre las traducciones, la fidelidad de la interpretación, etcétera. Pero también en Puerto Progreso hacía un par de meses que colocaron la figura del dios de la mitología griega, Poseidón (Dios de los mares y agitador de la tierra).
Y en lo que el huracán se degradaba y no pasó a mayores, ya había una guerra de dioses griegos y mayas; usted puede creer en quien sea que los haya protegido, o no, o bien en la trayectoria de la meteorología. El debate de los dioses terminó en que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausurara de manera temporal la estatua de Poseidón debido a la falta de autorización de impacto ambiental por parte de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Aquí no sé si ganó Chaak, o Yaluk, vaya usted a saber.
La invasión de los memes no dejó de parar, hasta tener una nueva imagen: “La oreja de Trump”. Lo irónico aquí es que fue la oreja “derecha”. El agresor, un simpatizante de “ultra derecha”, al líder de la Derecha, por demás analizar la imagen y el tsunami de memes a nivel mundial. Trump solo dijo “Fight” con una icónica imagen empuñando, obvio, la mano derecha. Posteriormente Trump agradece a “God” que la bala no le alcanzara.
Pronto llegó la inauguración de los Juegos Olímpicos de París, lo interesante aquí es que, la multiplicidad de bellísimas imágenes que tuvo el evento, el mundo occidental se centró en su “Dios” olvidando los dioses del Olimpo griegos, sí, los paganos, los que la Iglesia cristiana censuró. No repetiré la imagen que se ha viralizado por más de 48 horas, solo tomaré lo que nadie ha dicho.
Hay cuatro maneras de construir significado: 1) Por la forma (similitud, que se tiene una cosa con otra), que fue lo que sucedió aquí, el confundir el performance de una pasarela, con el cuadro de La Última Cena de DaVinci, la similitud se da por el encuadre que toma la cámara; 2) Por las acciones, el hacer constante, se normaliza (viene de norma, muy diferente a “naturalizar”) y cobra significado; 3) Cuando heredas la simbología, que en este caso, como herencia de Occidente “normalizamos” que el cuadro de “La Última Cena” es y fue como la pintó Da Vinci, ignorando los otros autores que también abordan el mismo tema; y 4) Cuando se impone un símbolo por parte de una autoridad, aquí obedece a las agendas políticas de izquierda de desconocer los caminos para construir significados e imponer una agenda bajo el nombre de inclusión, tomando el símbolo “Drag” como representación a la comunidad LGTB… Lo que realmente sucedió desde la semiótica no fue una resignificación, ¡No!, sucedió una crisis sígnica porque el espectador tiene ruido visual, es decir, contaminación de imágenes cuando éstas son demasiadas para su comprensión, peor dar semiosis, que es la relación entre dos o más símbolos sin importar el entorno como un tercero.
Me han mandado preguntas por chat que comparto, ¿Qué tiene que ver Baco? Es un Dios del Olimpo, y del vino. Francia el año pasado ocupó el primer lugar en el mundo en producir vino de alta calidad. ¿Que si el río Sena se resignificó como Aqueronte?, porque el personaje de rostro oculto era Caronte y las monedas de los muertos eran las medallas ¡Por favor! Y no digo “por Dios” por que ya no sé a cuál crea usted que yo invoque.
Para concluir, si usted se sintió ofendido por su fe, le recuerdo que los Libros Carolinos, escritos 790-92 A.C. y reestructurados en el año 787 D.C. por el papa Gregorio Magno, en el séptimo concilio de Nicea, él ordena las imágenes de la iglesia, diciendo lo siguiente: “Pues la pintura se utiliza en las iglesias de manera tal que aquellos que son iletrados puedan leer al ver sobre las paredes lo que no pueden leer en los libros, puesto que la escritura es para el letrado, lo que la pintura es para el iletrado cuando la ve, porque en ella ve lo que no conoce por medio de las letras […] De tal manera no se puede romper lo que se ha puesto en la iglesia, con el fin de NO ADORARLA, sino, para instruir solo la mente de los ignorantes”. Sn Gregorio Magno Epístola IX y XI L.C. 787 D.C.
Curiosamente la primera vez que se imprime es en 1549, justamente en París.
Es interesante ver cómo de las tres religiones abrahámicas la que adora imágenes es la que fusiona la mitología grecorromana, es decir, nosotros. De adorar a Chaac, Tonanzin, Quetzalcóatl o Kukulcán, la construcción epistémica es la misma, es adorar una piedra, cerámica o una pintura. La fusión grecolatina fue perfecta en el concilio de Nicea, Apolo el Dios de la Luz se fusiona con quien dijo “Yo soy la Luz”, y nace de la herencia astrológica y astronómica del equinoccio de invierno cuando la luz es más brillante, eso era ordenar las imágenes de lo pagano con la nueva fe, el 25 de diciembre el imperio Romano festejaba el Sol Invictus, un culto a la divinidad solar asociado al nacimiento de Apolo, dios del Sol. Conjunto a las fisteas de Saturno.
Lo triste que nadie vio es la inclusión, fue el primer festejo fuera de un estadio, no excluyó a nadie, eventos simultáneos en toda la ciudad de París y el fuego olímpico ardía a lo alto para que TODOS lo vieran, por cierto en un globo aerostático patentado por los hermanos Joseph-Michel y Jacques-Étienne Montgolfier, en 1783 para la corte francesa.
¡Viva la imagen!
Cristina Ortega Domínguez. Fotógrafa desde hace 30 años, amante de la imagen en cualquiera de sus expresiones, fundadora de Arte NiNi A.C. Doctora en Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.
Autora de los libros: “La Psicografía”: La identidad a través de la imagen fotográfica (2016), “Psicografía. El dibujo de la mente”: Percepción-interpretación de fotografías en la interacción de las redes sociales como exteriorización psico-emocional (2019), traducido a cinco idiomas en 2023.
FB @CrisstinaOrtegaD