Por. Adriana Luna
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara en cada proceso electoral se vuelve una luminaria atractiva para que los aspirantes a la silla presidencial muestren su carisma, sus carencias y sus virtudes. Es decir, sus áreas luminosas y oscuras, su inteligencia y su estupidez. No nos hagamos, lo sucedido este fin de semana evidencia que acuden ‘las bases’ a los eventos, no se ha logrado conquistar el interés ciudadano. ¡Ojalá no suceda lo mismo en las urnas!
“En Jalisco se destapan los futuros presidentes del país”, le dijo Pablo Lemus Navarro -aspirante a gobernar la entidad, por parte del Partido Movimiento Ciudadano- al neoleonés Samuel García, mientras cabalgaban por el municipio de Tlajomulco y transmitían en vivo a redes sociales, haciéndose los chistosos.
Los naranjas en bloque después se fueron a la FIL para la presentación del Libro: “Federalismo Mexicano, qué tenemos y qué necesitamos para concretarlo realmente”. En el que García cuestiona el centralismo, que sólo 20% del presupuesto se reparte en las entidades, pero la gran mayoría, 80% se queda en la capital del país. Urgió un nuevo convenio fiscal. Exigencia abanderada desde hace años por el gobernador jalisciense, Enrique Alfaro.
El salón en la FIL estaba abarrotado, mucha gente, incluidos periodistas, se quedaron afuera observando en pantallas gigantes, como sucede con los eventos exitosos en la feria. En los eventos naranjas se notó el músculo del Nananana, iban todos los aspirantes a cargos públicos sin importar si era una cabalgata, una visita a la Basílica o la fiesta de las letras.
También la abanderada del Frente Amplio, Xóchitl Gálvez llegó a tierras tequileras y se puso a bailar el Jarabe tapatío con un ballet folklórico. Sucedió lo mismo, los militantes del PRI, PAN y PRD fueron los que llenaron el Lienzo Charro. Xóchitl dio un divertido show y agradeció que Jalisco le haya brindado las seis mil firmas que necesitaba para lograr la candidatura a la Presidencia del país. Ahora falta lo más difícil, convencer a los jaliscienses de sufragar por ella en el 2024. Es irónico, la entidad hoy naranja, otrora bastión albiazul, debe conquistarse por la panista Xóchitl Gálvez. En la FIL Pensamiento hablará de los retos frente a la erradicación de la pobreza en México.
Por su parte, la morenista Claudia Sheinbaum se disculpó porque a pesar de haber sido invitada, su agenda no le permitió asistir a la FIL. Hubiese sucedido lo mismo, los militantes de la llamada 4ta. Transformación habrían abarrotado el lugar. “El que quiere, puede”, reza un dicho popular. ¿Será que no le interesó a Sheinbaum venir a la FIL porque la mega-alianza está planchada, el carisma presidencial la protege y como la pintan las fotografías principales en medios de comunicación: está victoriosa y triunfante?
Los pasillos de la más grande fiesta de las letras en castellano, por primera vez con la ausencia de su creador Raúl Padilla, evidencian lo que sucede en el país, la ciudadanía en general observa de lejos y cuchichea críticas sobre los políticos de todos los colores partidistas – unos primarios y otros mezclados- que rondan la feria.
Sería interesante un ejercicio en donde los políticos realmente hablaran a la sociedad, no a los militantes, para observar a la reacción de los jóvenes que votarán por primera vez, por ejemplo. Esos muchachos que todavía no saben por quién emitir el sufragio, o incluso dudan ir a las urnas. Lo cierto es que se ha perdido el interés de los electores primerizos para obtener la credencial para votar. ‘Voy a sacar mi credencial para comprar cerveza a los chavos y cobrarles’, confesó una chica.
Quedó atrás cuando conseguir la credencial de votar era símbolo de adultez y anhelo de cumplir con sus obligaciones cívicas.
Sea como sea, la FIL Guadalajara se vuelve un atractivo para ver la pasarela de los aspirantes a ocupar la silla presidencial, sepan o no los títulos de tres libros que les cambiaron la vida.
