Por. Bárbara Lejtik
Primero que nada quiero poner sobre la mesa que el término presidente (quien preside) es adecuado para referirse a una mujer o a un hombre, pero según la Academia Mexicana de la Lengua decir presidenta también está bien dicho. Esto creo que va a ser de mucha utilidad para todas y todos los mexicanos ya que todo parece indicar que el siguiente sexenio un hecho histórico acontecerá en nuestro país y tendremos por fin a la primera mujer en la Presidencia.
En estos días fui honrada con la invitación de la asociación sin fines de lucro, “Por ella por todas”, que busca apoyar a Claudia Sheinbaum en su lucha por llegar a ser presidente de México. Grande fue mi sorpresa al encontrarme en un ambiente lleno de armonía y sororidad, en el que muchas mujeres en su calidad en este caso de empresarias coinciden en algo: México está, sin duda, preparado para tener a la primera mujer presidente.
Las mujeres hemos demostrado -a pesar de que no tendríamos por qué hacerlo-, pues en nuestra calidad de ciudadanas está más que claro que el género femenino no está impedido para realizar ningún trabajo intelectual ni de mando que anteriormente fuera exclusivo de los hombres. Pero no sólo esto, los números nos avalan, en nuestro país conformado por un 52 por ciento de mujeres, 67.0 millones pertenecemos al PEA (Población Económicamente Activa) y cada vez somos más las que fungimos como pilar económico de nuestras casas.
Las mujeres trabajamos dentro y fuera de casa, y ocupamos puestos empresariales que generan empleos, ingresos y bienestar a la sociedad, aunque la brecha salarial en este sector es enorme, el 14 por ciento aproximadamente, las mujeres tendríamos que trabajar 51 días extras para igualar el sueldo de un hombre en el mismo puesto, de acuerdo con los datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Eso sin dejar de mencionar a las mujeres que trabajan en el sector académico, cultural y de investigación, en el sector de la salud, del servicio social y de la industria.
No dejemos de lado el papel de la mujer en la pandemia, pues no solo nos hicimos cargo de nuestras casas, nuestros niños y nuestros ancianos, además las que perdieron su trabajo o no pudimos realizarlo trabajamos en casa e implementamos nuevas formas de ingreso económico en el trabajo informal. Es inobjetable asegurar que las mujeres somos el verdadero motor de este país y que hay una serie de problemas sociales, principalmente me refiero a la violencia de género y a los feminicidios y abusos sexuales que no han podido ser erradicados por gobernantes hombres. Es tiempo de que las mujeres tomemos la batuta de esta lucha, solo teniendo a mujeres en los estratos más altos del poder es como verdaderamente se podrá concientizar a la población sobre la gravedad de la omisión y la indiferencia en la aplicación de justicia a los agresores, que durante siglos han gozado de impunidad, incluso de empatía de parte de sus congéneres masculinos
Y no, no es una guerra entre hombres y mujeres, es todo lo contrario, la aceptación y el reconocimiento a la evolución de la humanidad que hoy más que nunca reconoce que todos merecemos y somos dignos de ejercer el trabajo y el cargo público para el que nos preparemos.
Claro que si, México está preparado para tener una mujer presidente.