Por. Patricia Betaza
Hoy en día 25.9 millones de mexicanos son mayores de 53 años.
En la reciente Encuesta Nacional sobre Salud y Envejecimiento -Enasem- del INEGI, se dio a conocer que la pandemia de COVID 19 impactó en la salud mental principalmente de los adultos mayores: 35.5 por ciento de ellos manifestó soledad y síntomas de depresión.
Además, en el grupo poblacional de adultos, 43.3 por ciento padece hipertensión, 25.6 por ciento diabetes y 10.7 por ciento artritis. La problemática aumenta si se es mujer.
La Enasem reveló también un problema que se puede convertir en factor de riesgo para desarrollar otras enfermedades: el aumento del sobrepeso y la obesidad.
En los últimos 20 años la prevalencia de obesidad en mujeres pasó del 25 por ciento al 30.1 por ciento, y en los hombres de 18.1 por ciento a 23.3 por ciento.
El sobrepeso y la obesidad pueden detonar enfermedades cardiovasculares, diabetes e incluso cáncer.
En dos décadas la población adulta disminuyó la realización de ejercicio e incrementó el consumo de alcohol.
Esta encuesta del INEGI se hizo en coordinación con el Centro México de la Universidad de Texas.
El envejecimiento poblacional es un fenómeno presente en todo el mundo. La pregunta que nos hacemos es y ¿cómo se está preparando nuestro país para enfrentar esta problemática? Porque, cuántas son las personas que llegan relativamente sanas a edades adultas.
Decía Barack Obama que después de los 50 todos los días aparecen achaques nuevos. No es exagerado. Hay quienes pareciera que pagáramos una cuota por vivir más. Sino fuera preocupante podríamos seguir haciendo chistes sobre el envejecer. Con el espectro que muestra esta última encuesta del INEGI, sí que hay un problema creciente y preocupante.