Por. Marissa Rivera
Desde que lo presentaron, lo recibieron con silbidos que se mezclaron con aplausos.
Después, ya no hubo aplausos, sino abucheos y silbidos que retumbaron en el auditorio cuando comenzó a hablar sobre la transformación de México.
Los chiflidos lo interrumpieron y se incrementaron cuando aseguró que habría larga vida para ese proceso de transformación.
No era una de las pasarelas a las que asiste con frecuencia para recibir arengas y vítores. Esas a las que va con recursos públicos y con doble cachucha, la de secretario de Gobernación y la de suspirante.
No, esta vez los reclamos y abucheos llegaron de uno de los sectores más golpeados del país.
Uno de los sectores que sin su trabajo diario no tendríamos alimentos en nuestras mesas.
Un sector que no le importa al gobierno federal, que les ha retirado apoyos, que les ha quitado programas productivos, les ha negado acceso a créditos, es más, que los despojó de la financiera rural de desarrollo, la instancia que hacía factible el financiamiento para producir.
Los productores de ganado del país encararon a Adán Augusto López, quien representó al presidente López Obrador en la Convención Nacional Ganadera que se realizó en Chihuahua.
Le reclamaron haber desaparecido la Financiera Rural, le exigieron certeza sobre el tema del agua, le exigieron seguridad y le demandaron limitar la entrada de carne de Brasil y Argentina.
Así como ellos, una semana antes los productores de Maíz y Trigo de Sinaloa cerraron terminales de PEMEX en el estado, como medida de presión para dialogar con el secretario de Gobernación. Con pobres resultados, pero consiguieron reunirse.
Frente al letargo de la oposición, que sentados, ven como los delfines del gobierno violentan las reglas electorales y están en promoción, incluso, peleándose entre ellos.
Ya lo dijo Alejandra del Moral, se trata de ganar la Constancia de Mayoría, no una acta de buena conducta. Y eso lo entendieron los de Morena.
El asunto y para bien de México, es que van surgiendo liderazgos grupales que unidos pueden soltar al tigre, ese del que hablaba López Obrador en el 2018, como amenaza, frente a la posibilidad de un fraude, que nunca ocurrió.
La gente del campo parece tener más agallas que los correctamente políticos de oposición.
La sociedad, así como los productores, se han unido, por ejemplo, para defender al INE, se han manifestado en contra de los ataques a los ministros de la Suprema Corte, han defendido al INAI.
La oposición es robusta en número, pero frágil en ideas, en narrativa, en encarar la enorme corrupción de esta administración, en encabezar un movimiento.
Ojalá y de todos estos frentes que ha abierto el presidente con sus cotidianos enconos mañaneros, salga un movimiento que haga ver a los políticos que cuando se quiere se puede.
Los campesinos, los empresarios, los maestros, las mujeres, los desempleados, muchos sectores de la sociedad que están inconformes.
Todos tienen reclamos reales y justos contra el gobierno federal. Y ante la ausencia de liderazgos, organizados, ellos pueden encabezar un movimiento que sacuda a los escondidos políticos de oposición.
Estamos a unos días de develar la antesala del 2024. Movimiento Ciudadano y el PRI acusándose de ser los testaferros de Morena, 12 días antes de la elección. ¿Quién miente? ¿Quién tiene la razón?
A la sociedad y a los diferentes sectores no nos deberían importar esas diferencias.
Tenemos el poder del voto y con él tenemos que elegir lo que creemos que es mejor para México.