Por. Gilda Melgar
¿Y por qué no? Eso pensaron el CEO de una transnacional estadounidense y un gran empresario italiano.
Y es que, desde febrero pasado, Starbucks Italia ofrece una nueva línea de bebidas llamada “Oleato”, en la que se fusionan el café y el aceite de oliva, dos de los alimentos más emblemáticos de ese país.
“Oleato” ofrece tres bebidas: 1) Latte con leche de avena y aceite de oliva, 2) Ice Shaken espresso, con leche de avena, sabor avellana y aceite de oliva, y 3) Golden foam cold brew, con espuma fría infundida con aceite de oliva extravirgen, que cae lentamente sobre el café frío creando un sabor dulce y sutil.
La idea de infusionar el café con aceite es del mismísimo CEO de Starbucks, Howard Schultz, a quien tras haber adquirido el hábito de tomar una cucharada de aceite de oliva extravirgen por las mañanas, gracias al consejo de su ahora socio Tommaso Asaro, productor de aceite de oliva en Sicilia, se le ocurrió juntar sus dos rituales matutinos en uno solo: una cucharada de aceite de oliva extravirgen en ayunas y, después, su taza de café expresso.
La fe de Schultz en esta fusión es tal, que la nueva línea no será una edición limitada, como lo es la de “Sakura” en Japón o la de “Pumpkin” en Estados Unidos. Para él, se trata de una nueva plataforma que podría “revolucionar” la forma de tomar café, pues añadir aceite al café produce “un sabor inesperado, aterciopelado y mantecoso que potencia la bebida y permanece de manera hermosa en el paladar”.
De este lado del mundo, normalmente usamos el aceite de oliva para elaborar aliños o aderezos. Y me atrevo a pensar que la mayoría de los mortales consumimos un aceite de oliva simple, de esos que se venden en los supermercados. En caso de darse el lujo de consumir uno italiano tipo extravirgen, los precios rondan entre los 250 y los mil pesos.
Pero vamos por partes, porque, en primer lugar, la línea “Oleato” se ofrece exclusivamente en las sucursales “Reserve roastery”, la oferta premium de Starbucks. En segundo lugar, el aceite de oliva que se añade a las bebidas no es cualquiera. Se trata de una oliva extravirgen prensado en frío de la marca Partanna, producido en la región del mismo nombre, ubicada en Sicilia, cuya lata con medio litro cuesta entre 500 y mil pesos. (En AmazoneMx, una lata con 3 litros de este oro líquido se consigue en 2 mil 500 pesos).
Es sabido que el aceite de oliva puro (al que no se le ha añadido ningún otro producto, como colorantes o conservadores) es bueno para la salud y, por ende, no debe cocinarse, pues pierde sus propiedades nutritivas. Supongo que utilizar un aceite local “no puro”, no traerá los mismos beneficios que un “Oleato” de Sicilia.
Y aunque la idea de tomar café con aceite no me desagrada en absoluto –ya que de vez en cuando lo tomo con crema de leche, que es tan grasosa como un aceite–, supongo que un “Oleato” casero elaborado con café 100 por ciento arábiga tipo expresó de “Garat” y un oliva extra Virgen español del súper no me sabrá al que produce Asaro en su isla.
No obstante, hice una prueba con mis modestos insumos y el resultado no fue malo pero tampoco alucinante.Lo único que mi humilde gusto registró fue un toque salado y la sensación oleosa en el paladar superior.
Imagino que que la experiencia en el “Reserve roastery” Starbucks de Milán, justo en la fachada de la “Piaza Cordusio” con granos de café recién tostado y el aceite de Partanna bien vale los casi 7 euros que cuesta un “Oleato” Venti.
“Oleato” estará disponible esta primavera en Estados Unidos y más adelante llegará también a Reino Unido, Japón y Medio Oriente. Ignoro si Starbucks México nos traerá esta indulgencia. Entiendo que primero verán cómo se comportan los consumidores de los países elegidos para su lanzamiento cuyos habitantes sin duda cuentan con el poder adquisitivo necesario para darse este “lujo asequible”.
Dado que en México ahora todos cuidamos de más nuestro bolsillo y aún no sabemos si nuestro país será un buen mercado para los “Oleatos”, yo seguiré disfrutando de mi cafecito “homemade”, completamente negro.