¿Sabías que se podría llenar 30 veces el estadio Azteca con las personas que padecen TOC en México?
Con base en datos de la Organización Mundial de la Salud unos tres millones de personas padecen trastorno obsesivo compulsivo (coloquialmente conocido como TOC) en nuestro país, asegura la médica psiquiatra Laura Barrientos Nicolás.
De acuerdo con la OMS, 23 por ciento de la población mundial padece TOC, y en México, entre 2.6 y 3 por ciento. Entre estas personas, 70 por ciento desconoce que lo padece y no atiende este trastorno neuropsiquiátrico porque “no llega a ser tan grave, tan disfuncional”.
El TOC se presenta tanto en hombres como en mujeres, pero inicia más temprano en ellos (en la infancia y la adolescencia, entre los 10 y 15 años) que en ellas (en la juventud, como a los 20 años). En el 75 por ciento de la población que lo padece, va a persistir a lo largo de la vida.
En México, un paciente puede tardar de 7 a 14 años para llegar a un diagnóstico y tratamiento de TOC, que es el cuarto trastorno más común en atención psiquiátrica, señala la académica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Cuando no es atendido oportunamente, el TOC genera una gran disfunción o gran discapacidad, a grado tal que muchas personas pierden el empleo o ven afectado su desempeño académico y/o sus relaciones familiares.
¿Qué es el TOC?
El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por la presencia de obsesiones: pensamientos o ideas repetitivas, intrusivas (es difícil evitarlas) y ansiogénicas (que generan ansiedad).
Otra característica en quien padece TOC son las compulsiones o conductas y actos mentales para minimizar síntomas o disminuir la ansiedad que le genera la obsesión.
Hay varios subtipos de TOC:
- Ideas de contaminación y rituales de limpieza. Es el más conocido. Ejemplo: el lavado repetido de manos.
- Ideas obsesivas de duda y compulsiones de verificación. Ejemplo: sales de casa y regresas repetidamente para verificar si cerraste la chapa de la puerta.
- De orden y simetría. Eres demasiado ordenado. Tiendes a acomodar tus cosas con cierto orden o por colores (por ejemplo, pantalón a un lado y camisas al otro), y si alguien altera esa disposición, sientes gran malestar.
- Ideas obsesivas de daño. Piensas con temor que puedes dañar a otra persona. No significa que en realidad hagas daño. Para contrarrestar esta obsesión realizas algún ritual.
- “Atesoradores” (no confundir con los coleccionistas). Acumulan cosas por si después las ocupan. Ejemplo: hay personas que guardan grandes cantidades de cartón o de botellas. Es algo patológico que les genera una gran disfunción.
Mitos sobre el TOC
Hay mitos sobre el trastorno obsesivo compulsivo. Algunos ejemplos:
- “Padecen TOC sólo los que se lavan obsesivamente las manos”. En realidad, hay personas con hábitos excesivos de limpieza que no lo padecen. Y todos podemos tener rasgos de personalidad obsesiva sin presentar este padecimiento.
- “El estrés genera trastorno obsesivo compulsivo”. No es cierto que el estrés lo cause, aunque sí lo complica.
- “El TOC es raro en niños”. Al contrario, aparece en varones sobre todo en la infancia y la adolescencia.
- “Es un problema de fuerza de voluntad”. Quien lo padece no tiene la posibilidad de decidir si va o no a tener ideas repetitivas y sentir ansiedad.
- “Es una enfermedad nueva”. Hace décadas que se empezó a hablar de este tipo de padecimiento. Y, seguramente, desde que la humanidad existe se padece este tipo de trastorno mental.
Desbalance entre serotonina y dopamina
El trastorno obsesivo compulsivo es multifactorial. Se asocian al TOC alteraciones anatómicas estructurales en áreas del cerebro como el lóbulo frontal, el tálamo, los ganglios basales (en algunas ocasiones) y la amígdala.
Sin embargo, la teoría más aceptada lo asocia a un desbalance entre serotonina y dopamina a nivel de los circuitos cortico-estriatales.
En la infancia, el trastorno obsesivo compulsivo también se ha relacionado con enfermedades respiratorias recurrentes causadas por estreptococos.
TOC y comorbilidades
El tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo debe ser farmacológico, bajo supervisión de un médico psiquiatra, y consistir principalmente en antidepresivos y ansiolíticos, que son los inhibidores de la recaptura de serotonina.
Se ha visto que si los pacientes con TOC son tratados adecuadamente, van a tener un buen funcionamiento en su vida laboral, académica y familiar. La tasa de mejoría de los síntomas es entre un 73 y 84 por ciento.
Hay pacientes con TOC que tienen comorbilidades. Por ejemplo, alrededor del 20 al 70 por ciento padece, además, un trastorno depresivo; entre 30 y 70 por ciento, ansiedad; y 30 por ciento, trastornos psicóticos.
El tratamiento psicoterapéutico también puede ayudar a los pacientes con TOC. La terapia cognitivo-conductual contribuye a racionalizar esas ideas obsesivas y, de esta manera, reducir la intensidad de las compulsiones que realizan como conducta compensatoria.
Finalmente, Barrientos Nicolás apunta que debe haber también una psicoeducación al paciente —y también a sus familiares— para que asista a sus consultas subsecuentes y se apegue a los tratamientos farmacológico y psicoterapéutico.
UNAM Global