jueves 21 noviembre, 2024
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COLUMNAS SARAÍ AGUILAR

«EL ARCÓN DE HIPATIA» Cuando la víctima cumple el debido proceso… y sufre revictimización

Por. Saraí Aguilar

Una alumna del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur de la UNAM sufrió abuso sexual al interior de este centro educativo. ¿Y las autoridades estudiantiles qué hicieron? Mandaron a la víctima a tomar clases en línea –así lo declaró la mamá de la alumna– y le pidieron silencio.

De acuerdo con el testimonio de Feministas Organizadas Independientes de CCH Sur, la alumna acudió a denunciar a la oficina de Asuntos Estudiantiles, pero ahí “le dijeron que no había pruebas y que no iban a hacer nada”. Además, la agrupación afirma que la joven fue instruida por la abogada del departamento jurídico, Lorena Fabiola Bautista Salazar, a guardar silencio y no entrar en contacto “con ninguna feminista del plantel”.

La agredida realizó ya la denuncia formal y la escuela, ante la presión de paros y prensa, ha ofrecido, al menos en discurso, el apoyo en la investigación.

Lo que resulta increíble es que a pesar de haber cumplido la víctima con todas las demandas que se exigen desde redes –“denuncia en la Fiscalía” “sigue el debido proceso”, etcétera–, aún se continúa cuestionando la veracidad de la agredida. Por que así es ser víctima de violencia sexual en México.

En el país, casi 5 millones de mujeres fueron víctimas de delitos sexuales durante el segundo semestre de 2021. Esto significa un aumento de 0.8 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del año anterior.

Pero ante la impunidad, y el maltrato social ¡contra las víctimas!, el 99.7% de los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años de julio a diciembre de 2021 no fueron denunciados. En 2020, la cifra negra era de 98.6% (México Evalúa).

Y es que el no denunciar es producto de la inacción y revictimización que se sufre incluso por parte de las mismas autoridades. Ejemplos abundan. Tal es el caso de Virginia, una exempleada del Consulado General de México en San Francisco, California (Estados Unidos), que fue despedida a pesar de que se sabía que había sido víctima de una agresión sexual. Debido a esto, ella envió una queja a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Sin embargo, lejos de recibir el apoyo de la institución, la CNDH respondió de manera revictimizante reduciendo el problema a un conflicto laboral.

Para el consulado, el que la víctima faltase por estar llevando el proceso resultó causal de despido y para la CNDH lo más relevante a destacar cuando recibió la queja, fue el señalar innecesariamente que Virginia regresaba de festejar su cumpleaños… porque como es sabido en este país, que si un día sufrimos violencia, debemos preocuparnos por estar en casa temprano y cumplir con el protocolo de víctima digna.

Así es ser mujer en este país. Nos topamos con burocracia, impunidad, falta de personal capacitado, y una sociedad presta a juzgar a las víctimas con más dureza que al violentador. Toca convertir en realidad un lugar común: que nunca más tengan la comodidad de nuestro silencio. Hasta que las universidades, las calles, los sitios de trabajo sean lugares seguros. Hasta que la justicia sea para todas. Hasta ese día la lucha se debe dar.

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