Por. Fernando Coca
La derrota de Delfina Gómez en el 2017 no fue más que producto de una negociación política entre el grupo hegemónico de MORENA y el priismo del Estado de México.
Un año después, el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador obtuvo una victoria arrolladora que llevó de la mano a candidatos a diputados locales y presidentes municipales.
En 2018, de las 125 alcaldías en disputa, MORENA ganó en 56 municipio mientras que el PAN obtuvo 31, el PRI 21, el Verde 5, Nueva Alianza 4 igual que el PRD, mientras que Vía Radical (partido local) 2 y Movimiento Ciudadano y el PT uno cada partido.
En la elección para el congreso local, MORENA se llevaba 40 diputados entre pluris y de mayoría; el PRI 12; el PAN 7; con dos cada uno el Verde y el PRD; el PT 7 y Encuentro Social 5.
Como nunca, la izquierda social obtenía triunfos que le significaron más de 2 millones 200 mil votos al partido del presidente.
Pero tres años después, la gran debacle de MORENA.
De las 56 alcaldía ganadas en el 17, sólo obtuvo 28. De los 40 diputados que tenía, se quedó con 25.
De los más de 2 millones 200 mil votos del 2018, bajó a 2 millones en el 21.
El PRI, de tener sólo 21 alcaldías, subió a 51. De 12 diputados obtenidos en el 18, se fue a 22 en la intermedia.
La concentración de poder en el Grupo de Acción Política liderada por Higinio Martínez y Horacio Duarte cayó estrepitosamente. Las decisiones que tomaron para postular candidatos le contaron votos y espacios políticos y administrativos a MORENA en el Estado de México.
De nueva cuenta, Higinio Martínez tiene el control del partido en la entidad, aparentemente. El presunto rompimiento entre Delfina Gómez y Horacio Duarte, su exlíder de Texcoco, podría significar que la victoria que todos cantan en MORENA-EdoMex se complique. Si en 2017, con todo y el apoyo de AMLO, la maestra Gómez Álvarez sucumbió ante las negociaciones de Martínez con los priistas, que no se puede esperar ahora que controla la burocracia partidista y está muy enojado porque López Obrador “no le reconoció su sacrificio” de casi 20 años “apoyándolo”.
Alfredo del Mazo Maza puede ser el gobernador que le dé un respiro a su moribundo partido, el PRI, o que, como otros, prefiera la tranquilidad que la dará entregar el estado al partido del presidente.
Él no requiere de una embajada, tan solo pide que su paso por BANOBRAS quede en el olvido.
La Letrina. ¿Qué tal con la foto en el V informe de Alfredo? El doctor se fotografía con Alejandra del Moral y con su mano levanta el pulgar aprobando a la priista consentida de Del Mazo. La forma es fondo, decía Don Jesús.