Por. Bárbara Lejtik
¿A usted le suena esta historia?
Una joven sale de fiesta con sus amigas, sus padres confían en que irán a un lugar seguro y que sabrán medirse en el consumo de alcohol, que obviamente no consumirán nada más y que en caso de que se suscite algún problema sus amig@s tendrán la sensatez de avisar a alguien mayor y responsable para que les brinden ayuda.
No tiene por qué ser de otra manera, los jóvenes quieren y deben tener espacios de convivencia y nada debería amenazar este derecho natural.
Al otro día los padres están desesperados porque su hija no ha llegado de la fiesta y no contesta su teléfono móvil, se debaten entre la decisión de dar aviso a las autoridades o esperar a que alguien llame pidiendo algún tipo de rescate, o que su hija llegue a casa explicando algún contratiempo. Los días pasan y nada sucede, no hay pistas, no hay llamadas, los padres culpan a las amigas de su hija por haberla dejado sola en la fiesta, ellas se defienden argumentando que fue su decisión y que ella es mayor de edad y no hubo forma de hacerla entrar en razón.
La desesperación crece, las dudas, las culpas, la desolación de no saber si su hija está viva o fue capturada por una de las tantas redes que existen en México de trata de blancas.
Nuestro país ocupa un lugar clave para esta actividad, siendo el tránsito de Centro y Sudámerica a los Estados Unidos, la trata de blancas para fines sexuales o esclavitud moderna es uno de los principales problemas que amenaza a nuestra juventud.
El Director de cine, Daniel Vega Niño, estudió esta problemática, incluso se entrevistó con víctimas reales y para intentar crear conciencia en la sociedad escribió y dirigió la película Inocente tentación, rodeándose de talento mexicano, con las actuaciones protagónicas de Víctor González y Palmeira Cruz, con escenas de crudeza notable y poniendo al espectador en el centro mismo del drama. Vega Niño pone sobre la mesa uno de los muchos ejemplos de cómo el crimen organizado se las arregla para secuestrar jovencitas, privarlas de su libertad sin dejar pista alguna e integrarlas a una de las redes más grandes de prostitución del mundo.
Los datos son alarmantes, la realidad supera a la ficción.
De acuerdo al Globaly Slavery Index, en el mundo hay 342,000 personas sufriendo esclavitud moderna, es decir, 2.71 de cada mil habitantes.
Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), refiere que en el país las víctimas son en su mayoría mujeres menores de 24 años, niñas y niños.
Los métodos de reclutamiento son muchos y muy diversos, anuncios en el periódico, ofertas de trabajo, concursos de belleza, sitios de citas, salas de internet, el agresor busca contactar con la víctima y hacer empatía con ésta, prometiéndole algún préstamo, ayuda o apoyo principalmente económico o emocional.
Toda la información que puedan recibir nuestros jóvenes al respecto es de gran valor, por eso es tan loable el esfuerzo de directores mexicanos como Daniel Vega Niño, por visibilizar y hacer conciencia en este problema.
Inocente Tentación se exhibe ya en las principales salas de cine de México y yo no dudaría en acudir a verla en familia, aunque no es un tema amable y las escenas resulten altamente perturbadoras, lamentablemente estamos ante un tema que poco tiene de ficción y mucho de realidad, en el que para ocuparnos lo primero que tenemos es que tomar conciencia, estar alertas y saber en dónde y cómo realizar la denuncia de forma pertinente. La trata de personas es un problema que nos duele a todos, conocer las razones es el primer paso para la lucha en conjunto.