Por. Cristina Ortega
Del humor mexicano se dice que se centra en la burla; se ríe en velorios, se ríe en actos clérigos, eventos políticos, se ríe de la muerte, se ríe del otro; de ahí nace el apodo por sus características que lo hace deplorable, (después viene el apodo cariñoso, ese es otro tema que no obedece a este texto), pero la burla hace reírnos, y ese acto nos hace cómplices de entenderle al chiste. Entonces, nos hermana, nos hace juntarnos porque le entendimos, hacemos mofa del que se equivoque al hablar, de las caídas, sin importar la gravedad del sujeto, la burla saca una carcajada, que obviamente depende dónde esté usted parado; a unos les dará risa que se diga “El Borolas” y a otros que se nombre “El KKs”.
La intensidad de la risa mide la intensidad de la burla, la risa por si sola posiciona al sujeto de qué lado está; sin embargo, con el tiempo se van integrando eventos que hacen más compleja la anécdota, entonces la risa cambia “el sentido”, puede ser de “doble sentido”, o para “otro sentido”, a ese me refiero, cuando cambia la dirección tiene sus connotaciones; es decir, la carcajada que es la intensidad de la burla, comprende la visión sistémica de cómo ha sido conformado el tejido de un simple evento de mofa, porque ya hay más elementos que lo conforman, y mejor aún, ese quien entendió que se cambió “el sentido”. Quien lo cambia casi siempre no se da cuanta que lo hace, porque le gana la carcajada de la burla, “le sale del alma”; y es inevitable no reírnos, no olvidemos que la burla nos hace cómplices, nos hermana.
El pasado 21 de marzo se inauguró el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). La Torre de Control se prestó para una histórica anécdota, porque es tomada de la historia de un aterrizaje; la frase tomada es:
“Estamos a un minuto de aterrizar, a menos, como a cinco minutos”. EPN. septiembre de 2017.
La frase fue dicha en pleno vuelo, mientras el presidente en turno volaba después de visitar a los mexicanos afectados por el terremoto del 7 de septiembre de 2017 en Oaxaca, y días después sucedía otro terremoto en la Ciudad de México (19 de septiembre 2017). Los periodistas no dejaban de insistir con el micrófono durante 5 minutos con 58 segundos que dura ese video; es claro que improvisar durante ese tiempo no era el fuerte para EPN, lo que es dominio del actual presidente. Lo que pudo ocasionar, dicha frase, más que un sesgo cognitivo de “taquipsiquia” (cambiar la percepción del tiempo por esfuerzo físico, o diversas sustancias); considero que fue un lapsus de dislalia ocasionado por dislexia. Como lo fue en su momento las anécdotas de decir “Mamado Nervo”, o la “Quincena Trágica”; es decir, a todos nos hace vulnerables al error en cualquier nivel y manifestación; pero el vox populli en las redes sociales son la nueva inquisición que no perdona. Pero, más que condenar, somos un pueblo que nos mofamos, nos burlamos una y otra vez hasta convertir en historia la anécdota.
Ya que hablamos de dichos que refieren al tiempo, cabe mencionar la histórica frase que se le atribuye al presidente Porfirio Díaz: “– ¿Qué hora es? – La hora que usted diga, señor presidente”. Con el tiempo, se le impuso la costumbre al partido del PRI.
Retomando la inauguración del AIFA, en plena Torre de Control.
El presidente preguntó al operador: -“En cuánto tiempo llega? (su esposa interrumpió) -No, menos, como…” e interrumpió la mofa en una sincera carcajada, que como se puede ver los presentes se hicieron hacia ella en cofradía de entendimiento, y tan atinado momento de ser capaz de mofarse del tiempo de un aterrizaje.
En la imagen vemos el momento que ella tapa su sonrisa y en el audio del video agrega “Me salió del alma”. La expresión de los rostros hablan por sí solos, lo que la Señora Gutiérrez de López olvidó es que aunque ella misma se niegue como “Primera Dama”; es la presidente del Consejo Asesor Honorario y dirige la Coordinación Nacional de la Memoria Histórica y Cultural de México; es profesora investigadora de tiempo completo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP); pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT). Aunque ella insista en no tener cargos políticos, la importancia de su mofa fue la carga institucional con la que tiene investidura, es decir su legitimidad, esa legitimidad tiene la carga sígnica de dar la interpretación que para llegar al AIFA, “usted tarda 45 minutos, o menos como 5 horas”. Ese mismo día periódicos abrieron con titulares como Desde Palacio Nacional, AMLO llega al AIFA en 40 minutos y un día después también tuvieron encabezados como: AIFA, reportó problemas de traslado, usuarios fueron reprogramados para salir en la noche del AICM.
No hay como decir un buen chiste a tiempo para juntos hacer historia, hoy podemos decir que: “Estamos a un mes de terminar el sexenio, no, menos, como tres años”; y dependiendo la revocación de mandato, el presidente puede preguntar “: – ¿Cuántos votos tuvimos? – Los que usted diga Señor presidente”.
Estamos a un minuto de aterrizar, no, menos, pueden ser años, los que diga el señor presidente.
Cristina Ortega Domínguez. Fotógrafa desde hace 28 años, amante de la imagen en cualquiera de sus expresiones, fundadora de Arte NiNi A.C. Doctora en Investigación Interdisciplinaria en Ciencias y Humanidades. Autora de los libros: “Psicografía. El dibujo de la mente”: Percepción-interpretación de fotografías en la interacción de las redes sociales como exteriorización psico-emocional (2019) y “La Psicografía”: La identidad a través de la imagen fotográfica (2016).
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