Por. José Luis Hernández
No sólo las tortas de jamón con queso y las de milanesa son las que predominan en la gastronomía tortera del mexicano de a pie.
En México, las tortas tienen un sin fin de nombres y combinaciones. Como la famosa torta cubana, ya que la original de la isla caribeña, no tiene nada que ver con la clásica torta cubana de aquí. La de la isla es tan sencilla, que sólo lleva pan, mantequilla, jamón, queso, ¡y ya!
En cambio, aquí lleva todos los ingredientes inimaginables en tan solo dos rebanadas de pan, más la creatividad del tortero, o sea, hasta el cielo y más allá.
Imagínense que un exportero de la Selección Mexicana de fútbol puso su tortería, me refiero a Jorge Campos, que en su cadena le puso nombre a cada torta: La Huguiña, por Hugo Sánchez, una torta de milanesa con piña. Y no se diga de las tortas que están en el Centro Histórico de la CDMX de un exluchador, que si te la acabas en 20 minutos, es gratis.
Y así podemos seguir platicando de la diversidad de tortas que se ofertan a lo largo de nuestro país. Recuerdo un viaje que realicé a León, Guanajuato, donde me llevaron a probar Las Guacamayas. ¡Qué torta tan más rara!, bolillo con aguacate, chicharrón seco, cueritos y una salsa roja picosa y lo que le sigue, tanto que en tres horas no sentía el sabor de nada por lo picoso de la salsa, pero sabrosa.
En el Estado de México, para ser exactos en el municipio de Lerma, están las tortas de La Selva. Aquí lo sorprendente es que no son las tradicionales y comunes. Son tortas de guisado. La chida, es la torta de albóndigas, un verdadero manjar, al igual que la de mole verde y un sinfín de guisados.
Seguimos de frente por su paseo Tollocan hasta llegar al centro de Toluca. Estando en sus portales, se encuentran dos torterías emblemáticas, La Vaca Negra y La Barca. En la primera su especialidad es la de milanesa con su variedad de embutidos, muy buenos por cierto, pero para mí la rifada es La Barca. Su torta de chorizo rojo no tiene comparación, tanto en sabor como en su preparación, un verdadera delicia. Si algún día andan por ahí, ni le piensen dos veces, se van a llevar la sorpresa de su vida.
En el interior de los portales, del mero centro de Toluca, van a encontrar un sin fin de puestos pequeños que también venden tortitas de una gran variedad de guisados, por cierto muy ricos. Pero la sorpresa es su precio, de a $8.00 pesos la torta, algo de no creer, con todo y la inflación.
Más adelante de Toluca, rumbo a Valle de Bravo por la ruta a Zitácuaro, por la carretera libre, se van a encontrar, el santuario de las tortas. Se llama La Hortaliza, aquí la mera, mera, es la de longaniza roja con quesillo y la de queso de puerco con paté, y sí, escribí bien, una combinación bastante audaz, pero deliciosa. Acompañada con un chesco oriundo del estado, la Manzanita -sólo en el Estado de México se encuentra- junto con unos chiles encurtidos, que no pican nada, pero al probarlos, son únicos y deliciosos.
Entonces, que no les cuenten que las de El Chavo del ocho son las económicas y más chidas que hay. Dense una vuelta a Toluca y verán que hay más oferta y sabores, a precios que solo verán y comerán en México.