El matrimonio infantil que se practica en algunas comunidades indígenas o rurales es un tema ineludible, que ha generado conmoción social, pues vulnera los derechos humanos y el libre desarrollo de niñas y adolescentes, advirtió el senador Ricardo Monreal Ávila.
Se trata, asentó, de una práctica inaceptable, por lo que confió en que prospere su iniciativa para reformar el artículo 2 de la Constitución Política, a fin de que, sin menoscabo de su derecho a la libre determinación, los pueblos y comunidades indígenas eliminen esta práctica y respeten el interés superior de la niñez.
En algunas comunidades, señaló, las niñas son vendidas u obligadas a contraer matrimonio o uniones tempranas, lo que agrede la dignidad de las menores al someterlas a una vida que no eligen y que con frecuencia les significa sufrimiento y explotación.
Consideró que la autonomía de los pueblos originarios debe garantizarse en todo momento; sin embargo, los usos y costumbres no pueden estar por encima de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
Ricardo Monreal advirtió que “se ha constatado que las niñas pueden tener un precio que se llega a pagar en transacciones manejadas como usos y costumbres”.
Lo anterior, señaló el senador, se traduce en una mayor desventaja y discriminación en perjuicio de este sector de la población.
Entre otros datos que desglosó en las consideraciones de su iniciativa, destacó que se estima que todos los días nacen más de mil bebés de niñas y adolescentes y que sólo en 2020, se registraron 373 mil nacimientos de madres menores de 18 años, de los cuales ocho mil fueron de menores de entre los 12 y 14 años.
Dijo que en ese mismo año se registraron ocho mil 876 nacimientos de menores de 14 años, producto de matrimonios arreglados, violencia sexual y pobreza extrema, fenómeno frecuente en estados como Chiapas, Tabasco, Coahuila y Guerrero.
Además, cuatro de cada 100 nacimientos son de niñas menores de 17 años, lo que redunda en defunciones por complicaciones en el embarazo, parto o puerperio, ocupando el sexto lugar de las causas de muerte de este sector de la población
En este contexto, el pasado 9 de noviembre, el senador propuso reformar el artículo 2 de la Constitución, para que, sin demérito de la autonomía de las comunidades indígenas para conducir su vida interna, se respete el interés superior de niñas, niños y adolescentes, sin que puedan justificarse prácticas contrarias por los usos y costumbres.
Representa un paso muy importante para que el Estado mexicano cumpla con su obligación de velar por el respeto irrestricto a este principio y garantizar el ejercicio de los derechos humanos de las menores, asentó el líder de la mayoría legislativa en el Senado.
El proyecto se analizará en las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, Segunda. “Espero que esta iniciativa prospere, para que nuestra Carta Magna esté cada vez más del lado de nuestras niñas, de nuestros niños, de nuestros adolescentes”, expresó Ricardo Monreal.
El matrimonio infantil y las uniones tempranas son una violación a los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes; afectan el libre desarrollo de su personalidad y transgreden sus libertades, entre otros aspectos nocivos. Presenté una iniciativa para erradicar esta práctica. pic.twitter.com/0nOXUeUOKg
— Ricardo Monreal A. (@RicardoMonrealA) November 13, 2021