Por. Gilda Melgar
Estrenada en Netflix a principios del mes, Las cosas por limpiar es una de esas joyas que no pueden dejar indiferente a nadie, no solo por la problemática que aborda, sino también por el impecable trabajo de los actores que encarnan crudamente a las víctimas y los victimarios de un sistema que perpetúa el abuso físico y emocional hacia las mujeres.
Basada en el libro autobiográfico Maid: hard Work, low pay and mother’s Will to survive, esta serie de tan solo diez capítulos muestra el sinuoso camino de una madre joven hacia la libertad.
Alex (Margaret Qualley), quien sufre abuso emocional de parte de su novio y padre de su hija en un entorno de pobreza y alcoholismo, busca desesperadamente salir de su situación y darle una mejor vida a su hija trabajando como empleada doméstica y separándose de su novio. No obstante, en este proceso de cambio se enfrenta a toda clase de obstáculos morales y burocráticos, incluyendo la difícil relación con su madre emocionalmente inestable (encarnada por la actriz Andy McDowell, que en la vida real es también madre de Margaret) y un padre ausente. Por fortuna, también recibe apoyo de otras mujeres -algunas igualmente violentadas- y, junto a ellas, logra salir avante.
Cada capítulo resulta mejor que el anterior y no hace falta haber vivido lo mismo que la protagonista ni autodefinirse como feminista para sentir una gran empatía con la protagonista o experimentar la impotencia y el dolor de los personajes.
Como mujer, me resultó abrumadoramente esclarecedora del largo camino que aún tenemos que recorrer para lograr la igualdad de género y, al mismo tiempo, me hizo comprender el profundo enojo y el rechazo actual de las jóvenes al matrimonio y la maternidad.
Profundamente conmovedora y aleccionadora, en México Las cosas por limpiar ocupa el segundo del top ten dentro de la plataforma y promete no solo una segunda temporada, sino muchos premios por recibir.
Simplemente imperdible.