Por. Fernando Coca
Emilio Álvarez Icaza, Nancy de la Sierra, Alejandra León, Gustavo Madero y Germán Martínez buscan el reconocimiento como fracción parlamentaria en el Senado de la República.
Emilio se ha manejado como independiente, sin partido. Madero y Martínez tienen en común haberse forjado en el PAN. Germán Martínez dejó al partido que dirigió y se fue a MORENA.
Las senadoras del PT siempre han actuado como les dicta su conciencia.
Cinco miembros del Senado que buscan su independencia de los partidos, pero, ¿a quién buscan representar?
Dicen que a la sociedad que no se siente representada por los partidos; a los que ya están hartos de la discusión violenta y sin fondo. Quieren, aseguran, darle una nueva oportunidad a la política.
Algo es cierto, los senadores y los diputados, en el Congreso de la Unión y los congresos locales, trabajan para sus grupos políticos, luego para su bancada y, al final para sus partidos. No lo hacen por la sociedad que los eligió.
En la actual legislatura hay ocho grupos parlamentarios: MORENA (62), Verde (6), PT (6), PAN (25), PRI (13), PRD (3), Movimiento Ciudadano (8) y Encuentro Social (4), Sin partido (1).
Los de MORENA se dividen en Puros y Neo Obradoristas. En el Verde son pragmáticos, van a donde sus intereses les dicten. En el PT cada quien ve cómo se suma a la siguiente elección. En el PAN están los Padronistas (por el uso del padrón de militantes) y sus opositores. En el PRI están los que van con Alito, el presidente del CEN y los que no están con el campechano. En el PRD tienen un coordinador que no es del PRD.
Como se ve, ningún grupo parlamentario está identificado plenamente con la sociedad. Los debates se centran en si los votos de MORENA son dictados desde Palacio Nacional o si los votos de la oposición son para recuperar privilegios mal habidos.
Madero, De la Sierra, León, Martínez y Álvarez Icaza quieren espacio en la Junta de Coordinación Política para incidir en las decisiones del Senado. Quieren ser reconocidos, pero les frena la ley y los reglamentos que rigen a la cámara, mismos que privilegian a los partidos políticos.
En un cuerpo legislativo, en el que más allá de los partidos, debería prevalecer el interés popular, ciudadano. A los disidentes de sus grupos, se les debería reconocer su libertad de asociarse, consagrado en el 9 Constitucional. Es, además, un derecho humano. Creo que ganará la burocracia que impedirá la creación de un grupo parlamentario por no haberse constituido en el Acto Fundacional, es decir, cuando los partidos determinaron ir en grupo.
Una vez más se demuestra que la sociedad, los electores, son nada importantes para los partidos que solo buscan el poder, por el poder mismos.
La Letrina. Becas de CONACYT a hijos de figuras de la 4T. ¡Qué cosa! Ellos, los hijos de los políticos, ni culpa tienen de los arguendes de sus padres. Solamente que, ante un discurso descalificador, las palabras que ayer fueron en contra de los adversarios, hoy son el efecto de bumerang. Los becarios, me queda claro, ni vela en el entierro.