Por. Marisa Iglesias
¿Por qué será que en México, la Ley de Murphy, aquella que afirma que “si algo puede salir mal, saldrá mal”, aplica tan puntualmente? Un proyecto aplaudible del Gobierno de la Ciudad, el de Presupuesto Participativo, podría estar resultando un triste ejemplo.
El Presupuesto Participativo es un pequeño porcentaje, el 3 por ciento, del presupuesto que el Congreso de la Ciudad de México aprueba para sus alcaldías y que se destina a proyectos propuestos por ciudadanos para mejorar su comunidad. Proyectos diversos en materia de medio ambiente, seguridad, cultura, deportes, infraestructura urbana, obras y servicios. En fin, los vecinos presentan sus proyectos a la alcaldía y la autoridad elije y financia los que resulten más viables. ¡Bravo!
Así las cosas, por invitación de mi casera y vecina, Christina Lenz, me sumé hace algunas semanas a los Comités de Vigilancia y Ejecución que se integran ante el Instituto Electoral de CDMX y la propia alcaldía, en este caso Álvaro Obregón, para supervisar que los recursos ya autorizados para ejecutar nuestro proyecto de saneamiento y poda de árboles en San Ángel y San Ángel Inn se ejerzan bien. Pero no. “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. No olvidemos a Murphy.
Por alguna razón, que seguramente tuvo que ver con la pandemia, si queremos ser bien pensados, pero con otras menos claras, si nos inclinamos por el tan mexicano “sospechosismo”, el Presupuesto Participativo correspondiente al 2020 se autorizó hasta septiembre del 2021 y tiene que ejercerse a más tardar el 31 de diciembre. Si no, se perderá. O quizá se ganará, de nuevo siendo “sospechosista”, para otros fines y otros bolsillos. Se trata de 23 proyectos distintos en 23 colonias de la alcaldía con un costo promedio de $300,000.00 cada uno. Alrededor de 7 millones de pesos. Y además, la 4T deja la alcaldía dentro de tres días, el 30 de septiembre. Y la deja en manos de la oposición. Cuenta regresiva de horas en pleno “Año de Hidalgo”. Y luego pasan cosas tan raras, o quizá tan comunes y tan burdas, que resulta imposible no levantar una ceja.
El sábado 18 de septiembre –sí, en sábado- Catalina Everaert, la vecina representante de la colonia San Ángel, recibió un WhatsApp de una funcionaria de la alcaldía, Fernanda Nava de Participación Ciudadana, informándole que al día siguiente, domingo 19 –sí, en domingo- se llevaría a cabo la licitación para las empresas interesadas en participar en los diversos proyectos del Presupuesto Participativo. Por si queríamos invitar a alguna a esa hora, ¡gracias! Además se nos convocó a los representantes de los comités de vigilancia y ejecución a una reunión el lunes 20 en la alcaldía en la que los vecinos conoceríamos a las empresas participantes. Después de un rato, nos reunieron en un estacionamiento en donde un funcionario, el ingeniero Francisco Reyes, quien se identificó como Jefe de control de obras de Presupuesto Participativo, nos informó que la única empresa que había participado en la licitación, SOLUCIONES AMBIENTALES YAXX, nos acompañaría a hacer un recorrido por las 23 colonias ganadoras del Presupuesto Participativo 2020 para conocer cada uno de los proyectos. Un recorrido absurdo que llevaría varias horas y para el que nadie venía preparado. Ante las protestas de los vecinos, el asunto se reorganizó directamente con el chofer, quien anotó teléfonos y acordó de llamarnos cuando estuviera por llegar a nuestras colonias. Calculó estar en San Ángel hacia las 3:00 PM. Llegó a las 5:30. Ley de Murphy. Antes de irnos, el Ingeniero Reyes nos citó a dos reuniones más en la alcaldía. Una el jueves 23 de septiembre, para que la empresa licitante aclarara con los vecinos dudas sobre los proyectos, y otra más el lunes 27, para la “apertura de sobres de la licitación”. Así la farsa. Le pregunté que qué caso tenía abrir los sobres o emitir un fallo si no había más que una compañía inscrita en la licitación. Respondió ominosamente: “Siempre puede declararse desierto el concurso”.
El jueves 23 Christina, Catalina y yo asistimos a la reunión de “aclaración de dudas” con la empresa licitante en la alcaldía, pero ¡sorpresa!, ningún representante de la compañía SOLUCIONES AMBIENTALES YAXX se presentó. “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. Y salió mal. Muy mal. Entonces, la alcaldía se sacó el As bajo la manga: Declaró desierta la licitación número 30001133-023-21 e informaron que procederían a la adjudicación directa. Y además tendría que ser una sola empresa porque ya no les daría tiempo de hacer varios contratos. Y nosotros deberíamos regresar al día siguiente, viernes 24, a firmar lo que nos pusieran enfrente. ¿Una sola empresa? ¿Para atender lo mismo la poda de árboles plagados que la instalación de luminarias o de mobiliario urbano o de cámaras de seguridad? ¿O de proyectos de cultura y de deportes? ¿O de parques con juegos infantiles? ¿O de redes de riego? ¿Una sola empresa asignada por adjudicación directa? ¿A cinco días de dejar la alcaldía? ¿NETA? Pues sí. Así fue.
Nosotras decidimos inconformarnos y ese mismo viernes interpusimos una denuncia en la Contraloría de Álvaro Obregón. Ya no fuimos a la reunión en la que presentaron a la empresa adjudicada para hacer los 23 proyectos simultáneamente y terminar antes del 31 de diciembre. Se trata de VISIÓN ECOLÓGICA SA DE CV y en su página de Facebook se presenta escuetamente como constructora. Habrá que ver.
Ayer hablé con varios vecinos de otras colonias. Personas que conocimos en las reuniones previas. Estaban enojados pero firmaron el contrato. “Hay que llegar hasta el final”, me dijo uno. Otro, resignado, admitió que “Más vale tener el 20 por ciento de algo, que el 100 por ciento de nada”. Uno más fue claridoso. “Mira vecina, si no tomamos lo que nos den se lo van a robar. Son todos iguales. Ya lo sabemos”. Me dio rabia escucharlo.
Hoy nadie tiene aún copia del contrato que la alcaldía quedó de mandar vía WhatsApp. Yo mandé un par de preguntas al chat de FB de VISIÓN ECOLÓGICA SA DE CV y me respondieron de inmediato que intentarían responder cuánto antes. En fin. Decepcionante mi fugaz paso por la participación ciudadana. “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. Constatamos que algo de razón tenía el tal Murphy. Pero al menos que quede para el registro. Mala experiencia, Alcalde Alberto Esteva. Ojalá se implemente bien. Estaremos atentos.