Por Rodrigo Llanes
Esta es la desconocida historia del “maestre de botillería” de la armada española en México.
Cuentan que cuando los enviados de Moctezuma llegaron hasta las naves españolas en la costa de Veracruz, el capitán Cortés ordenó que se les agasajara con lo más selecto de su alacena. El “maestre” Donaciano –pues así se llamaba-, dispuso en bandeja de plata una selecta variedad de tapas: hogaza rancia con tocino de cerdo de Cuba, montadito de hogaza dura con lonchas de tocino, deconstrucción de bocado de tocino, hogaza cubierta de carpaccio de tocinos, torta de tocinos y tocinos en torta. Todo aquello regado con un fino caldo de Valdepeñas cosecha 1508, de finos tonos aterciopelados y acidez balsámica.
Infortunadamente los enviados eran vegetarianos y no aceptaron el suculento banquete. El vino les produjo agruras y terminaron varias semanas en cama con jaqueca.
En venganza por tal suceso, los mexicas dieron a los españoles un banquete aderezado con chiles picantes en mil variedades, del cual los españoles creyeron salir indemnes, hasta que fueron al baño al día siguiente.
Cortés despidió al “maestre” Donaciano, y pidió entre sus aliados un equipo de cocineras calificadas que lo acompañarían a México Tenochtitlan.