Por. Rodrigo Llanes
Ingredientes y modo de prepararse integrados.
Se toma al pueblo mexica y se le cocina en una olla de barro policromado, con agua del lago de Texcoco. Reducir hasta que la mezcla tenga una consistencia uniforme y un color satinado.
Aparte se prepara una salsa elaborada con disciplina militar, conquistas y recaudación de tributos de pueblos mesoamericanos. Se debe tener especial cuidado que todos los tributos comestibles se vendan regularmente en el mercado de Tlatelolco.
El pueblo mexica se rellena con sus dioses, Huitzilopochtli, Quetzalcoatl, Tezcatlipoca, Coatlicue y Acamapxitli, cuidando que sus piedras sagradas y templos queden a la vista.
Se espolvorea con belleza granulada y se somete al gratín del sol, cuidando que el calor sea alimentado con el viento del aleteo de varias águilas.
Se dispone en un plato el pueblo mexica con los templos hacia arriba. Con cuidado se salsea con nuestra preparación y se adorna con plumas de quetzal, chalchihutes y obsidianas.
Se sirve con cantos y poemas de Netzahualcoyotl.
Si no se tiene el sol a la mano, se puede utilizar el rayo del solsticio de primavera que entra en el cuahucalli de Malinalco el 21 de marzo. Le dará además, una mejor textura.