Este martes, elementos de rescate hallaron el cuerpo de uno de los menores sepultados por escombros, tras el desgajamiento en el cerro del Chiquihuite.
Falta por encontrar a otro menor de edad y a la madre de ambos.
Los restos del menor fueron trasladados hacia la Fiscalía de Barrientos, en Tlalnepantla, hasta donde se han dirigido sus familiares.
Samuel Gutiérrez Macías, coordinador Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos del Estado de México, reconoció el lunes que no hay señales de vida en la zona de desastre.
En conferencia de prensa conjunta con el Presidente Municipal Raciel Pérez Cruz, el Subsecretario General de Gobierno del Estado de México, Ricardo de la Cruz Musalem, informó que en la zona cero se encontró material genético que podría servir para identificar a las tres personas que aún no han sido localizadas luego del desprendimiento de rocas de la colonia Lázaro Cárdenas Segunda Sección.
De la Cruz Musalem indicó que por respeto y de acuerdo con los protocolos primero se comunicó de este hallazgo a los familiares de la mujer de 22 años y sus dos hijos de tres y cinco años que no han sido localizados, posteriormente se decidió hacer pública esta información a través de los medios de comunicación.
Expuso que el material humano encontrado fue trasladado a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México de acuerdo con el protocolo de cadena de custodia y los familiares de las personas desaparecidas han acudido a la dependencia estatal para llevar a cabo todo el procedimiento.
Tras el hallazgo, autoridades analizarán si se suspenden las acciones de búsqueda, si no es así, se realizará una evaluación para determinar si se continúan, ya que de acuerdo con los protocolos internacionales para este tipo de desastres, después de las 72 horas se reducen las posibilidades de encontrar personas con vida y se incrementa el riesgo para los cuerpos de rescate.
El Presidente Municipal Raciel Pérez Cruz reiteró el llamado para que las vecinas y vecinos evacúen de la zona de riesgo y acudan a los albergues instalados por el Gobierno de Tlalnepantla, ante el peligro de un nuevo desprendimiento o deslizamiento de las rocas.