Por. Rodrigo Llanes
Para el turista que viaje por los territorios enemigos del mexica, no puede perderse la oportunidad de visitar Tlaxcala, pues es “el lugar de tortillas o pan de maíz.” No sabemos de dónde les viene la fama como buenos tortilleros, pero los enterados de la gastronomía mesoamericana explican el complejo arte de esta especialidad que en lengua aborigen llaman tlaxcalli y de donde viene el nombre Tlaxcallan de la provincia.
Las tortillas de buena cuna, las que se llaman tortillas que usaban los señores, un tanto fifís, tienen sus propias recetas elaboradas con una diversidad amplia de maíces de la tierra. Pero podríamos enumerar por lo menos seis de las mejores y que ningún viajero se puede perder en su paso por Tlaxcala. Aquí van todas, para que puedan hacer el rally tortillero en su próxima escapada. “Las tortillas que cada día comían los señores se llamaban totonqui tlaxcalli tlacuelpacholli. […] Otras tortillas que comían también cada día que se llamaban ueitlaxcalli. […] Comían también otras tortillas que llaman quauhylaqualli. […] Otra manera de tortillas comían que eran blancas y otras algo pardillas, de muy buen comer, que llamaban tlaxcalpacholli. […] Otra manera de tortillas comían, que llamaban tlacepoalli.” ¡Así que a probarlas todas!
Los que nunca dejan de probar la comida de estas regiones americanas son los españoles. Pues siempre son convidados con grandes banquetes que siempre incluyen la especialidad de la tierra. Si. ¡Tortillas!
Los almuerzos campiranos son ofrecidos por los mismísimos gobernantes y se sirven de la siguiente manera, según nos cuentan los mismos convidados:
“Vienen otros principales con muy gran aparato de gallinas y pan de maíz y tunas, y otras cosas de legumbres que había en la tierra y bastecen el real muy cumplidamente; que en veinte días que allí estuvimos siempre lo hubo muy sobrado”. Son famosas las mujeres tlaxcaltecas para hacer tortillas pues otro turista nos cuenta que: “las indias que traían para hacer pan, y gallinas y todo el servicio, y veinte indios que les traían agua y leña; y desde allí adelante nos traían muy bien de comer”. Si quiere casar a sus hijas ¡llévelas a Tlaxcala! Donde aprenderán a hacer tortillas infladas. No habrá marido que las desprecie.
Para muestra de la gastronomía tlaxcalteca leamos lo Hernán Cortés escribió:
Tlaxcala “es tan grande y de tanta admiración […] y de muy mucha mas gente que Granada tenía al tiempo que se ganó, y muy mejor abastecida de las cosas de la tierra, que es de pan y aves y caza y pescado de ríos y de otras legumbres y cosas que ellos comen muy buenas.” Y si se interesan por conocer a su gente sepan que: “los pueblos de la tierra son labradores y son vasallos de estos señores, y cada uno tiene su tierra por sí; tienen unos más que otros, y para sus guerras que han de ordenar juntanse todos, y todos juntos los ordenan y conciertan.”
¡No deje de visitar Tlaxcala!