Por. Bárbara Lejtik
Con pretexto del aniversario número 500 de la llegada de los españoles a nuestro territorio, el Gobierno de la Ciudad de México encabezado por la Doctora Claudia Sheinbaum, organizó una serie de eventos, entre ellos una experiencia sonora y visual proyectada sobre un enorme ciclorama en forma de maqueta monumental que asemeja a escala el Huey- Teocalli o Templo mayor, el monumento más importante de la cultura mexicana. Además de una iluminación en los principales edificios del Zócalo capitalino con motivos propios de la cultura Azteca.
Que esta obra se lleve a cabo precisamente en el espacio en donde 500 años atrás sucedieron los hechos, en el mismo suelo, aunque algunos niveles más arriba y bajo el mismo cielo estrellado no es fácil de asimilar, menos aún puede uno visualizar la reproducción a escala del imponente Templo Mayor que nunca conocimos y hace contraste con edificios tan emblemáticos como La Catedral y el Palacio Nacional, muestra fiel de la colonización española y que con su magnificencia encuadran ese espacio tan icónico de nuestro país.
Ver colgadas de sus fachadas figuras luminosas de Quetzalcóatl y otros símbolos prehispánicos cargados de un significado único, dio a mi corazón una sensación agridulce, pudiera pretender creer que es nostalgia, pero más bien es esa duda de no saber realmente a dónde pertenecemos, de querer sentir ese espacio como nuestro, de henchirnos de orgullo al saber que somos el ombligo de la luna, la raza de bronce, si, en su momento sometida pero viva, más viva, más triste y más enojada que nunca.
El espectáculo en sí mismo es hermoso, la música precolombina eriza la piel y estremece el alma. En lo personal me pareció una muy buena la producción, con imágenes preciosas y una narración muy interesante, es sin duda una gran oportunidad para que los mexicanos que queramos y decidamos ir, sea con las debidas medidas de seguridad, nos podamos imaginar cómo lucía hace 500 años la gran Tenochtitlán.
Y también cómo sucedieron los eventos que nos llevaron a ser conquistados por Hernán Cortés y sus aliados.
Durante la proyección se mencionan capítulos de la historia aderezados con información sobre los nombres y los usos y costumbres de la cultura Mexica. Se habla del origen del mundo y de la fundación de la civilización, así como del ambiente social y político que reinaba en ese tiempo; y de cómo los mexicas vivieron la llegada de los españoles, las batallas, las alianzas con otros pueblos, el sitio y la epidemia de la viruela, que fue lo que terminó por doblegar la resistencia del valiente pueblo mexica.
Muchas cosas pasaron, la historia se compone de interminables razones, imprecisiones, circunstancias y vertientes, intentar ser objetivo y pretender decir que entendemos las posturas de la dos partes es prácticamente imposible.
La historia la escriben los que ganan, pero aun así considero muy importante conocer la versión de los vencidos, esto es lo que intenta mostrar el proyecto.
Como siempre sucede y más ahora, la polémica se apodera de todo el evento.
Desde que si es una imprudencia hacer un evento masivo en plena tercera ola de la pandemia, hasta que si es una incongruencia que una mujer de apellido Sheinbaum y otra Müller hayan tomado esta iniciativa.
Yo no me lo quise perder y con cubrebocas y gel antibacterial en la bolsa de mi chamarra impermeable me fui en Metro al Zócalo, no sufrí ningún contratiempo, pude ver el espectáculo libre y cómodamente, no hubo aglomeraciones ni tumultos, la plancha del Zócalo es muy grande y hay tres horarios para la representación, además de estar completamente al aire libre, se insiste mucho por medio del sonido local sobre la importancia del correcto uso del cubrebocas y hay personas por todos lados proporcionando gel antibacterial a los asistentes; no digo que no haya riesgo, pero creo que a los mexicanos se nos ha explicado de todas las maneras posibles que no debemos reunirnos en espacios cerrados y perdón pero yo sigo viendo todos los días en mis redes sociales bodas, fiestas y demás eventos en donde nadie usa cubrebocas ni respeta la sana distancia.
Esto lo comento solo para que no nos demos golpes de pecho y no supongamos que sólo cierto sector de la sociedad tiene derecho a salir a divertirse.
Siguiendo con la lista de objeciones que he leído por allí: ¿Cómo es posible que estas dos mujeres (ambas Doctoras por cierto) que son de ascendencia extranjera defiendan la resistencia de los pueblos originarios?
Ahora si que yo no sabía que para saberse mexicano uno tenía que llamarse Cuauhtémoc, ojalá y hubiésemos conservado más los nombres y los rasgos originales, pero la realidad es que mayormente somos mestizos y de estas mezclas se formó la sociedad que ahora somos. Yo me apellido Lejtik y perdón pero me siento orgullosa y profundamente mexicana, y me emociono y celebro el festejo de las tradiciones, así como cualquier obra que sirva para informarnos y concientizarnos.
Sobre el tema de si nos conquistaron, sometieron por la buena o con maldad y abuso, que si nos hicieron un favor o muy por el contrario, nos masacraron y arrebataron la identidad o como decidieron por describirlo “fue un glorioso encuentro de dos mundos”, no me siento con la capacidad ni los criterios para dar una opinión concreta al respecto, el tema es tan amplío como lo son las dos culturas y las cosas sucedieron como tenían que suceder en ese tiempo, desencarnar la herida no cambia nada, pero si genera conciencia, conocer la historia si nos acerca a nuestras raíces.
Fue sangriento y atroz sí, también somos ahora una cultura mucho más rica y vasta, es verdad, compuesta principalmente por los descendientes de este suceso histórico, y aunque suene a cliché si somos el resultado de esta tremenda fusión y la historia la seguimos escribiendo y somos parte de ella.
Lo que si pienso es que deberíamos sentirnos mucho más orgullosos de ser lo que somos. Cuando veo que otras culturas se sienten felices de su fisonomía, lenguaje y ascendencia me avergüenza darme cuenta de lo poco informados e identificados que estamos con nuestro origen y que incluso nos sentimos denostados y ofendidos cuando alguien nos dice que tenemos apariencia indígena, presumimos ser nietos de extranjeros cuando ser mexicanos nos debería hacernos sentir profundamente orgullosos, provenir de una raza tan fuerte, noble e inteligente como la mexica es un honor que tristemente notan más los estudiosos de otros países que nosotros mismos.
En fin.
Fue una muy buena experiencia, estoy a favor del conocimiento y la reivindicación de la historia, aunque si me pareció en este caso la Memoria Luminosa un tanto tendenciosa, no sé cuánto necesitemos escuchar los mexicanos lo legítimos que somos como raza para entenderlo y honrar nuestra estirpe.
Si lo recomiendo, sin duda ir al centro de la ciudad es ya en si misma una experiencia mágica, caminar entre la gente, ver sus rostros, admirar la arquitectura y escuchar los sonidos del corazón de la ciudad, así como participar en un evento como éste no puede dejarnos más que aprendizaje y emoción.
Ese es el verdadero tesoro escondido tras el evento, en ese espacio tan lleno de energía se encuentran más preguntas que respuestas y ese es el principio de un camino para redescubrirnos como una cultura tan rica, tan antigua y tan viva como la que más.
El espectáculo se repite todos los días a las 20:30, 21:00 y 21:30 horas, hasta el 1 de septiembre.
