Al encabezar la conmemoración de los 500 años de resistencia indígena y de la caída de la Gran Tenochtitlan por la ocupación militar española, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció disculpas a las víctimas y llamó a acabar con la ambición, la esclavitud, la opresión, el racismo, el clasismo y la discriminación.
“No debemos aceptar que el poder militar, la fuerza bruta, triunfe sobre la justicia (…) que solo reine e impere la igualdad, la paz y la fraternidad universal”, expresó.
En la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México, acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, el mandatario indicó que la lección que dejó la llamada Conquista es que “nada justifica imponer por la fuerza a otras naciones o culturas, un modelo político, económico, social o religioso en aras del bien de los conquistados o con la excusa de la civilización”.
Afirmó que la colonización es un signo de atraso, no de civilización, por lo que afirmó que siempre serán un riesgo para la humanidad las conquistas, invasiones y guerras que derivan en afectaciones culturales, sociales y daños colaterales.
El jefe del Ejecutivo hizo un llamado a que las naciones y líderes se comprometan a la no repetición de los actos cometidos contra los pueblos originarios en 1521.
“Pongamos fin a esos anacronismos, a esas atrocidades y digamos nunca más a una invasión, una ocupación o una conquista, aunque se emprenda en nombre de la fe, de la paz, de la civilización, de la democracia, de la libertad o más grotesco aún, en nombre de los derechos humanos”, remarcó.