Por. Sandra Vivanco
Para la ciudadanía que no se encuentra en las filas de los partidos políticos, no es fácil advertir y conocer a todos los perfiles que se proponen en las diferentes candidaturas durante un proceso electoral, la desequilibrada distribución de los tiempos de radio y televisión relega a algunas personas a que su presencia sea casi testimonial, así como en el caso de los partidos de nueva creación, que sin tratarse de una regla injusta, sí provoca que los minutos a los que tienen acceso en los medios masivos de comunicación resulten ínfimos.
Cuando las campañas de los partidos políticos y sus candidaturas en alianzas o coaliciones, acumulan sus minutos de publicidad, lo cierto es que los más beneficiados son aquellos que tienen asignada en mayor número esa prerrogativa, y cuando se hace referencia a que no es una regla injusta, eso no significa que se trata de una norma perfecta; esto es, porque la distribución en radio y tv se hace tomando como base todo el padrón electoral, la votación válida emitida por cada partido en la elección federal inmediata anterior, y la regla para los partidos políticos de nueva creación la asignación es con un común denominador, ya que no tiene antecedentes de resultados electorales, de ahí que no es injusto que el reparto sea de forma igualitaria a los partidos nuevos y candidaturas sin partido.
Pero ello provoca que tengan un mínimo de apariciones o menciones, y en estos tiempos de pandemia, donde no fue posible la realización de eventos masivos, lo cierto es que muchas de las candidaturas quedaron diluidas y en ocasiones absorbidas por las demás y hasta por la publicidad a que tienen acceso y derecho las autoridades electorales locales y la nacional.
Todos esos factores impiden que la ciudadanía conozca a fondo las propuestas, si es que existen, de las personas que eventualmente podrían llegar a un cargo de elección popular, entonces las personas de repente se quedan sin elementos para determinar su voto, inclusive algunos partidos por sus estrategias pretenden que los votos sean cruzados, eso es casi imposible y no porque el electorado no tenga la capacidad de decisión, sino que sugerir eso, ya es de no creerse.
Pero sucedió en varias candidaturas a lo largo y ancho del país, pues muchas personas que participaron en procesos internos de sus partidos políticos y no lograron la postulación, pero por circunstancias diversas abiertamente no podían mostrar su descontento, lo hicieron buscando que su adversario que pertenece a su misma fuerza política, no lograra el triunfo, sin embargo, acudir a solicitar un voto para una candidatura marcando un logo y para otra, uno distinto, lo que no resulta fácil para quien se encuentra con dos o tres boletas en la mano, en la soledad de la mampara.
Es complejo aspirar a que cualquier persona que no se encuentra inmiscuida en las campañas políticas, pueda advertir las razones por las que los partidos políticos se unen en coaliciones, qué sucede si solo marcan un recuadro de la boleta, o dos, o los tres de quienes se unieron para competir, luego viene la publicidad dirigida a los militantes y simpatizantes de cada partido, en la que parecieran justificar mensajes negativos hacia los otros partidos políticos adversarios.
En fin, durante las campañas que, en este proceso electoral, los mensajes tuvieron ausencia de propuestas reales, queda claro que muchos acuden a pedir el voto por inercia, por suerte o convencidos de que hicieron un excelente trabajo, como sucedió con la oportunidad de la reelección, pero la realidad fue muy distinta a su imaginario: la ciudadanía no les volvió a dar la oportunidad de representarlos.
Es claro que se sujeta a la ciudadanía a un ejercicio difícil para decidir por quién y cómo votar, más allá de la propia confusión de los partidos políticos, se somete a las personas a tomar determinaciones en ocasiones basadas en la confianza, como se ve el candidato o candidata, buscando en redes sociales su comportamiento, al grado de que en este proceso electoral hubo campañas triunfadoras de quienes son considerados influencers.
Los actores, deportistas, cantantes, presentadores y personas afines al medio del espectáculo son una constante en las elecciones cada tres años, porque los partidos políticos tienen la necesidad de conectar con las personas, y consideran que la mejor forma es con personas conocidas, en lugar de generar campañas políticas con propuestas, aunado a que el trabajo de muchos de sus representantes en diversos cargos y que son sus militantes, no ha dejado un buen sabor de boca, por tanto, el electorado nuevamente se encuentra en la encrucijada, porque conoce a las actrices o actores, porque los ha visto en tv, pero eso no significa que los elija como sus representantes.
Es revelador, por los resultados electorales, que las personas que salen a emitir su voto lo hacen con conciencia, inclusive se menciona que en este proceso electoral en diversas entidades del país hubo voto de castigo, la realidad es que más allá de las pésimas campañas electorales, los electores se esfuerzan por conocer a quienes se postulan, para posteriormente decidir su voto.
Ojalá que en el futuro los partidos políticos le hagan más sencillo al electorado tomar decisiones, basándose en la rendición de cuentas y dando buenos resultados, eficientando los recursos públicos y generando políticas públicas adecuadas y necesarias, que el voto se pida presumiendo administraciones exitosas, resultados legislativos que beneficien a la sociedad en general y que permita legitimar su paso por un encargo de representación popular.