Por. Paty Betaza
El tormento comienza en casa. ¿Por qué no me haces caso cuando te hablo? Deja de reírte. Te estoy hablando. Entiéndeme por favor. Eres muy grosero, peleonero y flojo. No aprendes nada. Ve a tu hermano, él tiene las mejores notas en la escuela, es el más destacado, es muy obediente… La tortura también va a la escuela: Por favor deja de reírte y platicar con tus compañeros. A ver cuánto es 4 más 3… ¡Ahh! ¿no sabes y vas en tercer año?. Pero además no respondes nada. Por eso has reprobado dos años y lo más seguro es que vuelvas a reprobar. Estás como ausente. No sabes leer ni un renglón. Lo que pasa es que eres muy desobediente y no quieres responder. No puedo creer que no sepas hacer la suma más sencilla. Tu ortografía es rarísima. No se entiende nada. El tormento sigue al pequeño Ishaan, un niño al que nada parece salirle bien. Está en el lugar equivocado, en un mundo equivocado donde todos, absolutamente todos, están dispuestos a señalarlo, a estigmatizarlo a confundirlo y a lastimarlo siempre. La desesperación de los padres para que aprenda los obliga a llevarlo a un internado con rigurosos métodos de enseñanza. Y es ahí paradójicamente donde Ishaan, encuentra el consuelo, la empatía y la atención que su vida requiere. La magia la hace un profesor de arte, Ram Shankar Nikumbh quien encuentra la clave del porqué Ishaam aparentemente no aprende nada. El niño tiene dislexia. Pero el profesor tiene que concientizar primero a sus colegas, a la autoridad educativa y a los propios padres sobre los talentos ocultos que tiene el pequeño. Ram descubre que Ishaan tiene una enorme creatividad para la pintura, además de otras habilidades. Hace voltear al niño ha disfrutar de sus propias cualidades, y lo ayuda también a concentrarse en el aprendizaje. Ahí de pronto le dice a sus alumnos que Leonardo Da Vinci o Albert Einstein también fueron disléxicos. Pero para llegar a esto, Ishaan tuvo que sortear hasta un intento de suicidio. El maltrato por ser diferente le quitó las ganas de seguir viviendo en un mundo cruel, empezando tal vez sin querer, por los propios padres. Es el argumento de la película india Like a Stars on earth, dirigida y producida por Aamir Khan, protagonizada por él mismo como el profesor nada convencional y Darsheel Safark. Es un film del 2007 que cualquier maestro debería de ver y por supuesto cada uno de nosotros para entender el infierno y el tormento que significa para alguien el no ser comprendido por tener otro tipo de capacidades. Cuando hay voluntad y empatía como seres humanos, nunca es demasiado tarde para comenzar de nuevo. La clave es empatía, empatía y empatía. Like a Stars on earth está en Netflix.