- Según sondeos, hará historia al ser la primera presidenta de un ayuntamiento del Estado de México
- …me gusta ayudar por ayudar
Por. Cut Domínguez
Mexiquense, de 40 años y madre de tres hijos, tiene un aura popular, cuya personalidad no hace más que convertirla en una lideresa natural. De acuerdo con recientes mediciones, Areli Ochoa Chavarría, de tono agradable y sonrisa fácil, pasará a la historia al ser la primera presidenta de Cocotitlán, entidad del Estado de México, después de que el voto de los ciudadanos la favorezca el próximo 6 de junio.
La candidata por la coalición Morena, PT y Nueva Alianza, es una mujer firme de carácter y de opiniones contundentes. Para empezar, corre por mis venas la vocación de servir. Mi abuelo fue presidente aquí en 1981 y desde los 10 años comencé a ganarme el sustento y recorrí mi pueblo de cabo a rabo, dice. Y añade que por ello conoce cabalmente las fortalezas y debilidades de su localidad.
La distancia frente a mis competidores es elocuente de lo que represento, explica y alza el gesto con decisión. De su buen hacer, de su preocupación y atención a los miembros de su comunidad. No obstante su juventud, ostenta una extensa carrera. Cursó las licenciaturas en pedagogía y sicología familiar, y en breve concluirá la Maestría en Educación Familiar, sumando por igual triunfos que le han ganado amplia experiencia en el servicio público.
Admite ser aguerrida y que hacer política en un mundo de hombres no es una carrera de obstáculos. Pertenezco a una generación de mujeres decididas a desarrollar una vocación propia sin renunciar a ser madres, sorteando prejuicios machistas y aún del matriarcado, destaca. Particularmente, Cocotitlán ya está preparado para tener una mujer presidenta y lo expresan los mismos hombres, comenta quien reconoce su condición de mujer empoderada.
Si somos capaces de conducir un hogar, podemos gobernar un municipio, declara sin tapujos. Luego puntualiza: estoy convencida que administran de manera diferente una mujer y un hombre, porque tenemos percepciones diferentes, en independencia de pensamiento, de razonamiento y de forma de trabajar. De ahí que esté a gusto con las 12 personas -8 son mujeres- que conforman su equipo de trabajo.
Ochoa Chavarría elige cuidadosamente sus palabras y matiza: me gusta trabajar en un mundo tradicionalmente dominado por hombres, debido a que soy respetuosa del pensamiento y los ideales de los demás. No impongo, me gusta escuchar y llegar al consenso. Enseguida enumera las necesidades que deberán atender sus colaboradores. Seguridad pública, agua y reforestación, subraya.
La puntual lectora de los libros Quién como Dios y Arráncame la vida, de Eladia González y Ángeles Mastretta, respectivamente, habla de estos menesteres y señala tener bases sólidas para afrontarlos, gracias al apoyo de administraciones anteriores. Uno de ellos, como se anotó, es el tema del agua; en este sentido se contempla construir un tanque de almacenamiento en virtud del crecimiento de la población del municipio. De igual modo, poner en marcha un programa que ayude a hacer consciencia del cuidado de la misma.
Aboga por escuchar y servir, principios que ha a cultivado de familiares adultos y jefes con quienes ha colaborado. Resalta, también, que le agrada laborar con las personas que la señalan como política nata; porque me gusta ayudar por ayudar, (sonríe). Enseguida menciona los ejes de su proyecto a desarrollar: inclusión, incorporar a toda persona que desee contribuir en beneficio de la comunidad; y transparencia, es decir, finanzas sanas.
De acuerdo a declaraciones de algunas de sus asistentes, Areli Ochoa Chavarría posee las acreditaciones necesarias para que su candidatura no sea una casualidad. Conoce a profundidad las fragilidades, pero también el potencial de su pueblo. Lo ha recorrido en numerosas ocasiones. Poco hay que escape a su conocimiento en asuntos de la cosa pública municipal. Algo la vuelve en particular interesante en estos tiempos de pandemia y políticamente correcta. Dice lo que piensa y actúa como piensa.